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Mostrando entradas de octubre, 2005

La niña

“Esto no hay quien lo aguante” deben pensar algunos. Retirada del Irak, legalización de los matrimonios homosexuales, legalización masiva de inmigrantes, el Estatut… Y lo que faltaba, a los príncipes les ha salido una niña, la futura sucesora de la corona española. ¿Será esto un nuevo “argumento” para la oposición en su esfuerzo de demostrar la incompetencia del gobierno socialista? No me sorprendería oír a los halcones de la derecha española decir que si hubieran sido ellos los que mandasen, el sucesor habría sido un varón, “aunque no se descartan otras posibilidades.”

"España todavía es barata"

El pasado miércoles La Vanguardia publicó en La Contra una entrevista con John Carrafiell, consejero delegado de Morgan Stanley Europe. Filósofo de formación y consejero finaciero por vocación, Carrafiell hizo un breve retrato del presente y el futuro próximo de España. A continuación, transcribo los párrafos más llamativos: Lluis Amiguet: ¿El boom inmobiliario y económico español tiene alguna lógica? - Tiene todo el sentido y no es un modelo único; sigue el patrón de mi país, EEUU, siempre he creído en la propiedad de la vivienda como motor de la ambición individual y por eso ha crecido al ritmo al ritmo que le marcaban las grandes olas oleadas de inmigrantes. Y en España experimentan ahora la primera gran oleada de inmigración de su historia y, por supuesto, crecen. Tal vez demasiado de prisa. - Pues tienen ustedes vigor inmigrante para un decenio. Además España aún es barata: la casa media cuesta 300.000 euros. Eso es poco comparado con el resto del área euro. Ahora verá si usted an

La clase de cabreo

He leído en algún sitio que los chinos no expresan los sentimientos de la misma manera que nosotros. Ya me parecía a mí sospechoso que sonrían tanto. Al fin resulta que se ríen incluso cuando están expulsando rabia. No sé si es cierto o no, pero hace unos días fui testigo de un curso práctico sobre el “cabreo español”. Javi, un compañero de trabajo, enseñaba a Quim Bo, nuestra compañera de China, cómo enfadarse en español. - “¡Me cago en la leche!” - “¡Me cago en la puta!” - “¡Cabrón, hijo de puta!” Quim Bo repetía las frases recién aprendidas una y otra vez pero, no hubo manera de sintonizar la expresión de su cara con la intención de las palabras. Parecía que el puente intercultural se colapsaba ante aquel tráfico sin sentido. Quim Bo no aprendió a enfadarse, pero nos enseñó el significado de las palabras: - “Si eres paciente en un momento de ira, escaparás a cien días de tristeza” (proverbio chino)

Darwin y patria

En el post anterior mi compañero Asturcon ( http://www.emigracion.blogspot.com/ ) me ha dejado un comentario en el que entre otras cosas decía: “La historia se repite una y otra vez y nos empeñamos en mirar a los demás como si sus realidades fueran de otro planeta, totalmente ajenas, desconocidas e imposibles para nosotros.” Comparto su visión, pero creo que el problema no es que la historia se repita sino que la gente no cambia. Miles de años de evolución y progreso no han podido con el animal que llevamos dentro. Eso sí, ya no orinamos para marcar “nuestro” territorio. Somos seres inteligentes y tenemos métodos más sofisticados para hacerlo como son las vallas y las banderas. Nos multiplicamos, orgullosos de que nuestros antecesores nos hayan marcado el territorio en el que nuestro ganado puede masticar tranquilamente los frutos de “nuestra” tierra empapada con la sangre de las batallas patrióticas. Por ser seres inteligentes hemos sacrificado el sentido del olfato y ya no podemos ol

El círculo

Ayer fui a ver la exposición “Literatures de l’exili” en el CCCB. Las imágenes de los exiliados catalanes después de la Guerra Civil me recordaron a los primeros días después de la “Oluja”*. Fue raro encontrar en esas imágenes en blanco y negro la luz que había desaparecido de mis propios recuerdos en blanco y negro. O, mejor dicho, los que fueron víctimas de mi memoria selectiva. Ayer volví a vivir los primeros días de mi exilio de Croacia. Nada más entrar en la exposición una foto de Carles Pi i Sunyer titulada “Armamento requisado a los soldados republicanos en la frontera francesa” me hizo recordar la imagen de una cola que medía decenas de kilómetros a lo largo de la carretera hacia la frontera entre Bosnia y Serbia, donde las armas estaban tiradas en la cuneta. En las miradas de la gente se mezclaban dos pensamientos: “Se acabó!” y “Acaba de empezar”. Yo ocupé un lugar privilegiado. Desde la parte trasera de una furgoneta roja observaba la historia en directo. La veía con sus pro

Coleccionando papeles

Mi primer documento de identificación fue un cartón blanco con una foto de mi cara recién salida de la guerra. El cartón se llamaba “CARNÉ de REFUGIADOS”. Me lo dieron en Belgrado para certificar que había sido registrado por el Ministerio de Refugiados de Serbia y el ACNUR. De ese modo pasé a pertenecer oficialmente a una gran comunidad internacional, la de los “sin país” o “apátridas”. A Croacia no podía volver y en Serbia no sabían qué hacer conmigo. Diez años más tarde cambié mi cartón blanco por el DNI de Serbia. También obtuve los papeles de Croacia, no me los pudieron denegar porque nací allí. O sea, que tengo dos nacionalidades. El absurdo es que no vivo en ninguno de esos dos países. Pensaba cambiar mis dos por una tercera que me hiciera la vida más fácil, pero se ve que de momento no existe esta opción. Llevo más de una década coleccionando documentos esperando que algún día me den un único “papel” en el que deberá poner “CARNÉ DE IDENTIFICACIÓN de BORIS”. Ese docum

El virus de las palabras

- Escuchad un chiste nuevo que me han contado –decía el otro día un cliente a sus amigos, un grupo de empresarios catalanes que vinieron a comer donde trabajo. - Vale –le contestó uno de sus colegas-, pero, por favor, que no sea sobre el Estatut. Ya estoy hasta los huevos de escuchar todo el día lo mismo. Como tenía más mesas para atender no me quedé a escuchar el chiste, pero según la reacción de los colegas debió ser muy bueno o tal vez el tío que lo contó alguien importante. De todas formas lo que a mí me parece importante es que los empresarios catalanes no quieren escuchar nada sobre el Estatut, ni siquiera los chistes. La pela es la pela y poca gracia tienen los chistes que bromean sobre algo que pueda ser malo para el negocio. Es algo que también se notó en sus caras cuando comentaron el famoso fax que lleva ya varias semanas rondando por el internet pero de cuya veracidad aún no se sabe nada. Para los que aún no han oído hablar del fax, me refiero al de Serafín Segovia, un tapi

Ánimo Boris

- "Me voy a Londres. Estoy harto de Barcelona y de no tener trabajo, y de que cuando lo tengo me lo pagan mal”, me dijo el otro día un amigo inmigrante. Al acabar la frase me propuso: “¿Por qué no te vienes conmigo?” - ¿¡Irme ahora!? –le contesté–. Después de aguantar tres años esperando a que me den el permiso de trabajo no puedo imaginar tener que hacer lo mismo en un país nuevo. Con leyes y burócratas nuevos. La verdad es que a veces cuesta mucho aguantar y no decir “a la mierda con todo” y simplemente marcharse a otro sitio pensando que, por lo menos, las cosas no podrán ir peor. Es difícil llevar una vida normal en una situación en la que uno está dependiendo de factores ajenos. Para los que somos de fuera y no jugamos al fútbol profesionalmente, la vida lleva un nombre del diccionario burocrático, se llama “trámite”. Yo estoy en ello ahora. Con la ayuda de buenos amigos logro mantener la paciencia y la esperanza para no caer en una depresión fuerte. Mientras tanto también es

Chupa Chups y condones

Hace un par de días estaba en la estación de Vilanova y la Geltrú esperando un tren para volver a Barcelona cuando llegó un señor de unos cincuenta años y evidentemente muy frustrado. El hombre proclamaba un discurso en voz alta cargado de condenas sociales. De lo que decía se podría deducir que estaba en paro y que por su edad nadie quiere contratarle. Entré en el tren esperando a que saliera, lo cual no ocurrió hasta una hora más tarde a causa de las fuertes lluvias que cayeron. Así que aproveché para escuchar el espectáculo. El señor era muy elocuente, pero bastante abstracto a la hora de ir al grano. Hablaba de la España de antes y de la de ahora. Al parecer, en la España de antes tenía trabajo y una vida que en nada se parece a la que lleva en la España actual. Durante el tiempo que le estuve escuchando hizo referencias a la inmigración, a la España del “Abuelito” y arremetió muchísimo contra todos los políticos modernos. En un momento de su verborrea dijo: - A los señores que se

Si tuviera que escoger una entre todas las frases dichas acerca de la iniciativa del nuevo Estatuto de Catalunya, sin duda escogería la que le dijo el Rey al presidente del parlamento catalán, Ernest Benach, hace algún tiempo: “Hablando se entiende la gente.” La frase me recuerda una conversación entre dos de mis compañeros de trabajo para mostrar cómo se interpretan en la calle las palabras del Rey. B., chica catalana, y V., chico bosnio-croata, hablaron un día sobre el catalán del siguiente modo: - Por los años que llevas aquí, tú ya deberías haber aprendido A hablar el catalán –le dijo B. a V. - ¡Qué dices! Pero si yo lo hablo – contestó V. - Anda que sí. - Que sí, tía –insistía el bosnio–. El otro día en el tren una mujer que estaba a mi lado me preguntó si el tren paraba en el Prat. ¡En catalán! –le explicó enfatizando la última frase. - Vaya –dijo B-. ¿Y tú, que le dijiste? - Que sí. - ¡Dijiste “sí” en catalán! –acabó B. partiéndose de risa. Un factor importante a la hora de dete

Horóscopo

Llamo para solicitar cita en el médico y me contesta la voz de una mujer evidentemente malhumorada. - Deseaba pedir cita con la doctora – digo y escucho una de esas pausas incómodas en las que uno siente que la persona al otro lado de la línea mueve los ojos hacia arriba, muerde el labio y piensa ¡qué pesado debe ser la persona que llama! - Tu nombre –me contestó por fin - Boris Matijas. - No, no te tengo. - Es que vengo por primera vez. - ¿Tienes Seguridad Social? - Sí. - A ver, dime tu fecha de nacimiento. - 15 de abril... - Ahhhhhh -gritó la mujer excitadísima-, ¡Aries! ¡Como yo! ¡ Uuuuh, qué mala leche tenemos...! El viernes a las nueve. ¿Te va bien? -me preguntó. - Sí -dije, pensando en la pobre infeliz que cree que la culpa de su mal carácter la tiene el horóscopo. ¡¿Qué tipo de horóscopo deben haber leído George W. Bush & Friends?!

El demonio asustado

“Antes había en la puerta de Rashomon un demonio. Dicen que se fue por el miedo de los hombres.” Esas palabras las pronuncia uno de los protagonistas de la película "Rashomon", de Akira Kurosawa. El pobre demonio huyó asustado y ni siquiera llegó a conocer a los políticos.

El Estatut de Carmen

- ¿A cuánto salen los melocotones? - ¡Salen muy bien! - Pues, ponme un kilo. Ese breve diálogo es uno de las razones por las que sigo creyendo que este país es uno de los lugares más sanos del mundo emotivamente hablando. La conversación tuvo lugar en la frutería que tengo al lado de mi casa y en ella participaron una vecina y doña Carmen, la frutera. Hace dos años que estoy en el barrio y sigo comprando las frutas y verduras allí, aunque me saldría mucho más económico comprarlas en un supermercado. Me saldría más económico no solamente porque los precios del supermercado son más bajos que los de la frutería de doña Carmen, sino porque en el supermercado no está ella para vendérmelas. La cosa es que aunque salga a comprar solo unas cuantas patatas vuelvo a casa con otras cosas que no pensaba adquirir y que comprendo que no necesitaba en cuanto llego a casa.. Lo que pasa es que, con sus historietas, doña Carmen siempre logra venderme algo más. Me piropea llamán

Los delfines

Tenía trece o catorce años cuando hicieron el último censo de población en Croacia, que por aquel entonces aún formaba parte de Yugoslavia. Aquel fue el último en el que participé. Recuerdo que yo quería definirme como “delfín”, pero mis padres me regañaron diciendo que “era una cosa seria” , así que me declaré serbio. Mi hermano y mi padre también se declararon serbios y mi madre se declaró croata. Al mismo tiempo , en Rijeka, en el norte de la costa croata, se autodefinía la familia de mi tío. Él y su hijo se declararon serbios y su mujer e hija como croata. La antigua Yugoslavia fue una creación artificial que buscó su propia identidad nacional a costa de los nacionalismos autóctonos. Los yugoslavos conformaban la elite de un sistema socialista que, como dijo Dejan Jovic, “no obtenía su legitimidad a partir de la interpretación de la realidad, sino a partir de la interpretación del futuro.” Pero el futuro llegó finalmente con la caída del muro de Berlín. Las promesas no se

El puente de Mostar

El puente de Mostar, llamado Puente Viejo, fue reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Lo levantaron en el siglo XVI y su construcción duró nueve años. Su destrucción, solo un segundo. La ciudad de Mostar era el modelo y el orgullo de la convivencia de la antigua Yugoslavia. La guerra civil lo cambió todo. Y para siempre. El puente de Mostar unía los dos bandos del río y a la vez las dos culturas que convivían en él. El lado izquierdo del Neretva estaba poblado mayoritariamente por bosnios y en la margen derecha la mayoría de población era croata. En 1993, en plena guerra entre bosnios y croatas, Slobodan Praljak, general del ejército croata y antiguo director de cine, dio la orden para que el puente fuese destruido. Todo el mundo vio cómo un misil lo hizo pedazos y cómo cuatro siglos de la historia común desaparecían en las aguas del río delante de cámaras de todo el mundo. Anteriormente, el general Praljak había dirigido espectáculos, pero su escaso t

Un consejo

Ahora que el Estatut ya ha sido presentado en las Cortes Generales, me gustaría hacer recordar el siguiente mensaje a todos los políticos que lo van a debatir: “Tenemos dos orejas y una sola boca, justamente porque debemos escuchar más y hablar menos.” – Zenón, III d.C

De baja

Hace unas semanas estuve enfermo con anginas y me dieron la baja laboral durante una semana. En principio, lo de estar en casa y reposar me ha sentado bien, sobre todo porque por primera vez he tenido derecho a coger la baja. Hasta conseguir los papeles era diferente, si me enfermaba no cobraba. Y además tenía que tener en cuenta que la duración de mi enfermedad influía directamente sobre mi futuro laboral, ya que mis puestos de trabajo solían ser muy inciertos. Ahora, como ya soy legal, me quedé en casa todo relajado curándome tranquilamente, pero con una sensación extraña al pensar que iba a cobrar por los días que no curraba. Pero iba a ser que no. Cuando fui al banco noté que faltaban más de cien euros de mi nómina. Pensé que habría alguna equivocación pero después me enteré de que por las bajas “leves” como la gripe, anginas, resfriados y otras enfermedades que tardan poco tiempo en curarse te quitan una parte de la nómina. Así que he decidido que si pillo la gripe voy a

El fin de las noticias

Últimamente se escuchan muchas voces fatalistas que avisan sobre el peligro que corre España y una de las principales comparaciones que se hacen para ilustrarlo es la destrucción de la antigua Yugoslavia. Lo que pasó en mi antiguo país no se puede describir en pocas palabras, incluso a veces creo que es imposible dar una explicación equilibrada, sobre todo para los que hemos sido parte de esa historia. Es como la película Rashomon, de Akiro Kurosawa, en la que diferentes protagonistas narran un único acontecimiento del cual todos habían sido testigos. Al hacerlo, resulta que cada uno de ellos lo vio de un modo completamente distinto a los demás. Asimismo, quince años más tarde existen varias tesis y teorías sobre lo ocurrido. Cada uno de los bandos le echa la culpa al otro. Yo tuve la suerte de poder observar el fin de Yugoslavia desde un lugar privilegiado. Lo viví observando las reacciones de mis familiares y de los amigos de mis padres, que pertenecían a diferentes ideologías y grup

¡¿Qué hizo el Madrid?!

- Me gusta mucho fútbol, pero no entender ayer cuando gente grita “puta España” -decía Vladimir, un compañero ucraniano que la semana pasada vino a trabajar como extra en el hotel en el que trabajo. Se refería a los gritos de los culés después del partido del Barça contra el Zaragoza. En un castellano muy básico, nos explicaba que en su país también hay equipos de diferentes regiones que son muy rivales pero jamás había oído los aficionados gritar “puta Ucrania”. - No entender. Todos juegan Liga española –añadió sorprendido. Y eso que ni siquiera se trataba de un Barça-Madrid. Quizá yo lo entienda algo mejor porque sé que también en el campo del Madrid se suelen oír gritos de “putos catalanes”. Pero sobre todo lo sé, porque algo parecido ocurría en mi antiguo país (leer el post “Buenos viejos tiempos”, publicado el 27 de agosto). Entiendo que el fútbol despierte instintos primarios que estimulan comportamientos chovinistas y el subconsciente colectivo. Entiendo que para reforzar la id

Los balcanizadores

El hombre es el esclavo de sus propios deseos. Nada mejor para ilustrar esa frase que las palabras de José María Aznar. El otro día el político de las Azores que se hizo famoso como el “Hombre Grito” en los guiñoles de Canal+ soltó en la ex colonia española de Argentina la siguiente frase: "La política del actual gobierno es una política profundamente equivocada y desde ese punto de vista ha puesto en riesgo de balcanización territorial a España" . Por su carácter conflictivo el EX presidente nunca puede dejar de mandar y si fuera necesario lo mandaría todo a la mierda solamente para demostrar su gran capacidad de mando. Yo viví la balcanización y de hecho la mayoría de los traumas que tengo están directamente vinculados a este proceso. Aún recuerdo las palabras del actual presidente de Croacia Stipe Mesic, cuando en calidad de último presidente de Yugoslavia dijo: - He cumplido con mi deber. Yugoslavia ha dejado de existir. Estas palabras acabaron con la parodia que represe