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Mostrando entradas de agosto, 2009

“No me doy bofetadas para no hacerme daño en la mano”

“Para mi el pasado es el campo de batalla permanente”, me dice humedeciendo los labios que no paran de hilvanar los detalles que la memoria no supo, o no quiso borrar. Confiesa haber perdido el orden cronológico de las cosas, pero que lo podría recuperar “si no fuera tan repetitivo”. Es un hombre sincero, orgulloso, no conformista y amigo de sus amigos. Es un guerrero solitario, retirado en su última batalla; la que comenzó hace unos siete años cuando decidió dejar el alcohol y la calle. Una batalla que va por dentro, y sin tregua porque según reconoce “a pesar de que hace siete años que no bebo, sigo siendo un alcohólico”. Tiene sesenta y cinco años. De esos, quince ha pasado luchando, armado con sus pinceles, por las calles de Barcelona. 5475 días de alcohol, y noches de miedo, sin que nunca dejara de valer por si mismo. Es el primer caso, que yo conozca, de un indigente que haya sobrevivido y salido con fuerza de la calle para contar su historia expresándolo a través de lo que nunca

Felicidad preventiva

El abismo que la sociedad de consumo crea entre nuestros deseos y nuestras necesidades reales se hace insoportable para muchos. Para algunos de forma terminal: "158.000 personas se suicidan cada año en la Unión Europea, una cifra superior a las muertes anuales por accidentes de tráfico, homicidios o sida." (Es, Nº 98 (La Vanguardia) ¡Emociónate!) Para mi la Unión Europea sigue siendo un sueño utópico, de una sociedad abierta, tolerante y feliz, y no un compendio de leyes y normas que solamente conocen los políticos y burócratas que los crean. Hasta me gustaría creer que la Unión Europea no es una finalidad sino un cúmulo de ideales que jamás alcanzaremos, pero nos hará felices intentándolo unidos. Propongo que el primer artículo de la Constitución europea sea: "No es feliz el que más tiene sino el que menos necesita" (Dicho popular)

Improvizacija

La última vez que estuve en Belgrado me pasé un par de días buscando en distintas escuelas y tiendas de música las notas de la música tradicional serbia para la trompeta. Hasta me fui al departamento de etnomusicología de la Acedemia musical. Y nada. No había manera de encontrar nada. Hasta que mi tía Branka, (la que cuidó de mi de pequeño mientras mis padres trabajaban y la que yo consideraba mi tía "preferida"(siempre que no estaban cerca las demás tías :)) me dijo que quizá el padre de un alumno suyo (Branka trabaja en un colegio público) tendrá algo, porque era músico y recopilaba notas. ¡Bingo! Hace un par de días mi primo Marko me mandó escaneadas unas quince hojas llenas del tesoro acústico. Todas escritas a mano. Me puse a leerlas y tocar un poco. Una maravilla. Son canciones que muchas veces pueden oír tocar las bandas gitanas de los Balcanes, y tienen un ritmo muy difícil de tocar. Las notas no existen simplemente porque la mayoría de ellos son musicalmente analfabe

Yin tú Yang

Vuelvo de una semana de retiro en un lugar precioso, donde estuve rodeado de girasoles y de gente mágica, haciendo aikido y creciendo. Igual que el año pasado nos fuimos a un curso de Aiam Aikido y, una vez más, el maestro nos ha regalado unas experiencias inolvidables. Una de ellas fue vivir con los ojos vendados 24 horas seguidas. Desayuno, pelar y rallar zanahorias, aikido, hacer fotos, comida, lavabo, taichi, trompeta, danza, ducha, cena,… hasta el despertar del día siguiente, todo sin poder ver. Me deje llevar confiando en los compañer@s y Anahit, mi ángel guía encargada de ayudarme a encontrar cosas y apartarme de los caminos peligrosos. Me dejé llevar olvidándome de la vista. Olvidándome de la vista me libré de los prejuicios, comparaciones y otras basuras que la vista deposita en mi mente. Me dejé llevar por el corazón. Aprendí a escuchar. De vuelta a Barcelona me encontré con la violencia, y la noticia: “Durante los meses de agosto, desde 2003 a 2008, 44 mujeres han sido ases