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Mostrando entradas de diciembre, 2016

Pase lo que pase

El 2016 se acaba. Ha sido un año emocionante. Al nivel global hemos vivido muchos cambios que seguramente harán que el 2017 también lo será. Ojalá, las cosas mejoren, pero no soy muy optimista. El mundo grande asusta cada vez más y se alimenta del miedo que genera. Lo que me inspira el optimismo es la fe en los mundos pequeños. En los mundos que no sigan el juego del miedo viral.    Al nivel personal, he vivido el año muy importante. Ha sido el inicio de un nuevo ciclo vital. Me he mudado a Suecia. Me he casado (dos veces :-) ). He publicado mi primer libro. He ganado el premio Feel Good. Murió mi padre. Es mucho que digerir, pero ahora tengo herramientas que no tenía cuando llegué a Barcelona , en 2002. Ahora ya no veo bendiciones o desgracias. Problemas o oportunidades. Veo material literario y cuento conmigo. No tengo ni la menor idea que futuro voy a tener. Pero seguiré creyendo que, aunque no resulta nada fácil, ayuda confiar que de todas las circunstancias que pu

Zooropa: Libertad o Seguridad

La cosa que más me sorprende del último (ojalá lo fuera) ataque terrorista cometido en Berlín es la sensación de “se lo veía venir”. Incluso los berlineses, en las primeras entrevistas con los medios, lo expresaban anoche, al mismo tiempo que los servicios secretos confirmaban que sabían que un ataque terrorista era inminente. No es la primera vez que tengo la impresión de que los homo sapiens tenemos mucha facilidad para acostumbrarnos a la violencia, pero en las guerras es distinto. Allí existe un contexto propenso a convertir la violencia en norma social y creía que no lo vería en la Europa desarrollada. Pero luego me acorde de aquello de que la paz es un invento moderno y que el estado más habitual que imperaba a lo largo de la historia del homo sapiens es la guerra. Bajo este pretexto el año 2017 no parece ser muy esperanzador. Nos espera un año donde los populismos, que crecen sobre las alas de la violencia del islamismo (y otros ismos) radical), pretenden plantearnos

“Feel Good”, ser hijo tuyo

Rade Matijas 1948 - 2016 El día que que me dijeron que había ganado el premio Feel Good , estaba en Belgrado dando ánimos a mi padre, quien llevaba varios meses ingresado en un hospital de la capital serbia. Nada más terminar la conversación con los responsables del premio, lo llamé por teléfono para que fuera el primero en saberlo. Ese mismo día yo iba a regresar a Suecia con la intención de volver muy pronto. El plan era hacerlo cuando él saliera del hospital para que me ayudara con la publicación del libro en mi idioma materno. Mi padre nunca salió del hospital. La última de las muchas grandes gestas a las que nos había acostumbrado fue resistir el tiempo suficiente para que yo volviera. Quería que estuviéramos todos juntos. Una vez más. La última. Falleció la misma noche de mi llegada. El último día que pasamos juntos no podía hablar pero sé que entendió todo lo que le decía. Sobre todo lo mucho que le quería y lo orgulloso que estaba de ser hijo suyo. Yo hablab