La cosa que más me sorprende del
último (ojalá lo fuera) ataque terrorista cometido en Berlín es la sensación de
“se lo veía venir”. Incluso los berlineses, en las primeras entrevistas con los
medios, lo expresaban anoche, al mismo tiempo que los servicios secretos
confirmaban que sabían que un ataque terrorista era inminente.
No es la primera vez que tengo la
impresión de que los homo sapiens tenemos mucha facilidad para acostumbrarnos a
la violencia, pero en las guerras es distinto. Allí existe un contexto propenso
a convertir la violencia en norma social y creía que no lo vería en la Europa desarrollada.
Pero luego me acorde de aquello de que la paz es un invento moderno y que el
estado más habitual que imperaba a lo largo de la historia del homo sapiens es
la guerra.
Bajo este pretexto el año 2017 no
parece ser muy esperanzador. Nos espera un año donde los populismos, que crecen
sobre las alas de la violencia del islamismo (y otros ismos) radical), pretenden
plantearnos a tener que elegir entre:
Libertad o Seguridad
Si lo consiguen, el mero hecho de
haber aceptado debatir y decidir entre uno u otro será el fin de Europa.
Libertad y seguridad no son términos
autoexcluyentes. Son valores compatibles y constituyentes de toda sociedad que
entiende la Paz y el Bienestar como las bases de la Felicidad individual.
Si caigamos en la trampa de
elegir uno u otro, perderemos ambos. Y aquí me llega en mente aquel título del álbum
de U2: Zooropa. ¿Será premonitorio?
Para todos aquellos que prefieren sacrificar la libertad a cambio de una (falsa) seguridad, recordad:
En el ZOO hay seguridad, pero no
hay libertad.
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