Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de julio, 2006

De viaje

- ¿Boris, qué haces tú en agosto? – me preguntó David un amigo francés. - No tengo ni idea. No tengo dinero para irme a ningún sitio y ningún trabajo fijo que me obligara estar en Barcelona. - Bien. Así que te vas a Francia conmigo. - Vale. Estaré fuera unos diez días. De lectura me llevo el diccionario francés y “Le petite Prince” de Saint-Exupéry. A ver donde me van a llevar. Un abrazo&hasta pronto

Los extraños

Estaba tomando el desayuno en una plaza cerca de mi casa cuando escuché la siguiente conversación entre dos personas autóctonas: - ¿Qué tío, ya te vas a trabajar? -le preguntó uno al otro. - No, tío, qué va, que trabajen los “sinpapeles”. Para eso han venido –y se marchó dejando que el olor de su miserable ser se evaporase y mezclse con el calor estropeándome el desayuno. Esta mañana he tenido que traducir la toma de declaración de tres jóvenes sudsaharianos acusados de tráfico de drogas. Mientras esperaba a que subieran a uno de ellos desde los calabozos, entró en el despacho un grupo de cuatro gitanas rumanas, cada una de ellas con un niño en los brazos. Se las acusaba de incivismo y el Estado les quería quitar la custodia de los niños. Como el juez no permitía que los niños entraran en la sala mientras ellas declaraban, hubo que buscarles “niñeras” entre los que estábamos presentes. O sea, los funcionarios del juzgado, media docena de abogadas y abogados y yo. Al final, tres funcion

Ojo por ojo sin dientes

Israel ha lanzado su ofensiva en Líbano justificándola como una respuesta al secuestro de dos soldados suyos por parte de las milicias de Hezbolá. En un ataque de fuerzas israelíes, que según afirmó Kofi Annan ha sido "aparentemente deliberado", murieron cuatro observadores de la ONU. Aplicando el “ojo por ojo”, cómo una de las últimas tendencias en la política internacional, ¿cual debería haber sido la respuesta de la ONU? ¡Ojo! con el “ojo por ojo”, si no tienes los dientes.

En el círculo vicioso

El verano despierta la pereza y el calor atonta el personal lo que mis “clientas” habituales aprovechan con más o menos éxito. Hablo de las chicas gitanas de Bosnia a los que me toca traducir cada dos por tres en los juzgados cuando la policía (Mossos d'Esquadra, la Urbana etc.) les detiene en el intento de desplumar a algún guiri despistado por el juego y el calor de la Rambla. El otro día me llamaron para traducir a una de ellas y en seguida me presenté en los juzgados. Unos instantes más tarde los mossos trajeron la chica esposada desde los calabozos y mientras esperábamos a entrar en el despacho del juez su abogado la explicaba lo que y cómo tiene que declarar. Tampoco hacía falta que se lo tradujera porque, por la infinidad de veces que ha sido detenida, conocía hasta la perfección la diferencia entre un delito y una falta y el castigo que conlleva cada uno de ellos. Entonces, de repente apareció el secretario del otro tribunal llevando una carpeta y se dirigió directamente a

Preguntas

“Vivimos una transformación de la civilización industrial en un estado de permanente guerra global”, afirma Eduardo Subirats en el libro “Los ojos de la guerra”. Creo que no hace falta destacar un específico ejemplo de ello. Basta con ver las noticias, o leer el periódico. En otra ocasión, escribiendo la introducción para “Los dilemas de una relación inevitable”, el mismo autor hizo referencia a John Daniel, rector de la Open University, quien afirmó: “Señoras y señores, las nuevas tecnologías son la respuesta. ¿Cuál era la pregunta?” Sinceramente creo que la pereza del intelecto, causada por la dominación de las tecnologías de la comunicación, es la principal razón para que nos falten preguntas y nos sobren respuestas. Las respuestas promovidas por los “escritores” de los libros de autoayuda y los demás promotores de lo “moderno”. La esfera pública se esta convirtiendo en unos grandes almacenes de las respuestas indigestibles donde se alimenta la sociedad del individualismo, y me pare

De vuelta

Si los bits informáticos pudieran hablar, ¿qué dirían sobre las palabras? El mundo está alcanzando unos altísimos niveles de violencia dando la razón a sir Henry Maine, quien dijo que “la guerra es tan antigua como el hombre mientras que la paz es un invento moderno”. Lo que está pasando en el Líbano y lo que se pretende hacer en todo Oriente Medio es una vergüenza y también una clara advertencia sobre la tremenda arrogancia de los amos de la política internacional. Una serie de malentendidos que llevan siglos decidiendo sobre el presente, pasado y futuro de la región amenazan con desatar una cadena de violencia cuyo final y últimas consecuencias no quiero ni imaginar. Por un momento me sentí sin voz, sin ganas, sin poder y sin objetivos. Durante un tiempo me intenté rodear de mí mismo y filtrar las sensaciones y las emociones plácidas con el fin de encontrar la felicidad. Pero nada de eso era real. Al final fueron unas palabras de Henry Moore (ese GRANDÍSIMO artista cuya exposición en