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Mostrando entradas de septiembre, 2005

Quiero ser como Messi

- ¿Qué tal va el tema de tus papeles? -me preguntó Audrius. - Aún no me han dicho nada. - le contesté refiriéndome a que el gobierno español lleva tres meses estudiando mi caso. Presenté la solicitud para la renovación de mi permiso de resistencia en junio y sigo sin respuesta. Según mi abogada, esto es lo que se llama “silencio positivo” - ¿Y por qué no pides la nacionalidad? -insistía Audrius - No puedo, no llevo suficiente tiempo aquí. - Sí que puedes, hombre, después de tres años ya tienes derecho de solicitarlo –insistía mi amigo lituano, recientemente “unióneuropeo”. - ¿No era después de cinco años? -intervino Leslie. Pronto dejamos el tema y yo sigo sin saber cuántos años tiene que vivir uno en España para poder obtener la nacionalidad española. Unos días después se produjo una noticia que aumentó esas dudas. Todos los periódicos publicaron que Leo Messi había “jurado la Constitución como ciudadano español”. Si no me equivoco, el nuevo crack

La vendimia

Fue más o menos en estas fechas del año pasado cuando Audrius y yo nos fuimos a vendimiar al Priorat. Prometía ser una experiencia bonita y lo fue. La siguiente historia la escribí para CaféDiverso ( www.cafediverso.com ) y en ella describo lo que más atrajo mi atención, las raíces. La vendimia Un zumo dulce se me enganchaba en los dedos mientras iba cortando las uvas siguiendo al señor Manuel. Era el día de la vendimia. Los enólogos habían dado luz verde a los vinicultores para que recogieran el fruto de un año de trabajo duro. Cada botella llevará la denominación de origen que lo presentará al mundo entero. Es del Priorato. —Es esta tierra pobre la que le da la fuerza y el sol lo que le da el sabor. Las cepas tienen raíces de hasta cinco metros y por eso lo aguantan todo, el sol, el viento... Las viñas son como el hombre, la fuerza de vivir está en las raíces, son las que lo atan a uno y lo mantienen firme. Manuel me contó que había venido para ayudar a su hijo a recoge

Bendición

Vivo en un barrio muy latino y conozco de memoria las letras de los últimos éxitos de bachata gracias a la radio de mis vecinos, y poco a poco estoy descubriendo el entrañable mundo del regaeton. Este año, por primera vez, la comunidad dominicana ha montado su propia fiesta en el seno de la fiesta mayor de Barcelona, la Mercé , y debo admitir que la ”perrea” me anima mucho más que las sardanas. Al mismo tiempo que anunciaba los que iban a cantar, el presentador expresaba su agradecimiento a todos los que hacían posible esta fiesta, y eran muchísimos. Entre estos destacaban los pequeños negocios y los barres y restaurantes del barrio, varios empresarios locales, el ayuntamiento de Barcelona, y algunas instituciones locales. Entonces, de repente, el presentador dijo: “¡Bendito sea el Dios que nos protege! ¡Bendita sea esta tierra que nos acoge! ¡Y, benditos sean los abogados!” Los tiempos cambian y con ellos las competencias. El Señor ya no manda solo, sus nuevos apóstoles es

Algo de nada

Hace algo más de un año, fui a la presentación de un libro atraído por su título: “Zen y filosofía”. El autor era un señor japonés muy simpático –un típico japonés, vaya- llamado Shizuteru Ueda. Mi amiga Angie, que entonces trabajaba para la editorial (Herder) que lo había publicado, me regaló un ejemplar y todo contento me fui a la mesa en la que el autor estaba firmando libros. El señor Ueda los firmaba con caligrafía japonesa (me encanta) y el traductor explicaba lo que ponía en la dedicatoria. Cuando tocó mi turno el escritor cogió mi libro y dibujó unas líneas estéticamente muy bonitas, pero sin ningún sentido para mí. Me devolvió el libro con una discreta inclinación de la cabeza y una sonrisa. - ¿Qué pone aquí? – pregunté al traductor, todo emocionado, enseñándole la página con la dedicatoria. - “Nada”. - No. Aquí, estos caracteres, ¿qué quieren decir? – insistía yo. - “Nada” –repitió el traductor–. Pone “Nada”. - ¡Vaya! – dije y salí para

Las piedras del Priorat

Hace unas semanas acompañé a Audrius a hacer una entrevista al padre Joni, el cura roquero. Este religioso lleva una melena larga suelta sobre los hombros y tiene un aire algo más que peculiar. Su parroquia se halla en el Priorato catalán y entre una misa y otra compone y canta canciones roqueras con reivindicaciones sociales contra la globalización y el dinero como religión. El padre Joni se ha hecho bastante famoso tanto por su música como por su oficio. En cualquier caso, para mí lo interesante no es su aspecto sino sus palabras. Aquel día, en su pequeña iglesia semidesierta, el cura roquero catalán nos contó la siguiente historia como consejo para vivir en los tiempos que corren: “Dos amigos llevaban varios días exhaustos caminando por el desierto. Sin ninguna explicación uno le pegó un bofetón al otro. Este, sin decir ni una palabra, cogió una piedra y escribió en la arena lo que acababa de hacerle su amigo. Siguieron por el desierto cuando de repente encontraron un oasis. Después

Milos

La siguiente historia la escribí para CaféDiverso ( www.cafediverso.com ). Con la intención de proteger la privacidad de los protagonistas, sus nombres han sido cambiados. Milos —¡Me llamo Milos(1) y no me voy de aquí! Esta es mi casa. Esta es mi familia. —dijo el chaval con los ojos llenos de lagrimas. Él y su hermana, Andrea, nacieron el mismo día y si hubieran podido recordarlo hubiera sido su único recuerdo común, su única imagen juntos. Su madre no les quiso tener y decidió que seria mejor que el servicio social se hiciera cargo de sus vidas. Ella no podía hacerlo y los dejó en manos de una institución social de Zadar(2). Unos meses más tarde los hermanos fueron separados. Haciendo equilibrios entre el sentido y el destino, la vida deja muy poco espacio para que uno escoja su camino. Para Milos y su hermana el camino lo dibujó la guerra que empezó poco después de su nacimiento. Él formó parte de un programa social que lo dejó bajo la custodia de una familia serbia que vivía

¡Bienvenidos nengs!

En La Vanguardia de ayer un artículo titulado “Que pasa neng” y acompañado con una foto de inmigrantes subsaharianos, interrumpió la ya aburridísima rutina de los temas protagonizados por los políticos. A continuación copio una parte de este artículo: “La globalización ha puesto fin a las fronteras y ha servido para unir a los pueblos de todo el mundo. Este hecho se confirmó el jueves en Fuerteventura con la llegada a sus costas de una patera, cargada de 39 inmigrantes de origen subsahariano, que protagonizaron uno de los capítulos más simpáticos de la inmigración ilegal. El jueves en Fuerteventura el fenómeno de las pateras no se vinculó a las palabras de muerte, drama y desolación a las que estamos acostumbrados. Lejos de la amarga imagen de los inmigrantes desembarcando en las costas españolas con rostros demacrados e impregnados de miedo e incertidumbre por la llegada a una tierra desconocida, el jueves Fuerteventura acudió atónita a la llegada de una patera en la qu

Los gorani

La siguiente historia también la escribí para CaféDiverso ( www.cafediverso.com ) y habla sobre otro grupo étnico de Kosovo que se quedó en medio de la violencia protagonizada por los serbios y los albaneses. Esta región siempre ha sido un punto conflictivo en la complicada historia nacionalista de la ex Yugoslavia y de cierto modo fue donde se inició la crispación entre las republicas yugoslavas que abrió el proceso de las futuras secesiones. En cierto, modo era lógico que este proceso terminara allí. Quiero remarcar que yo estuve en Kosovo solamente por cuestiones de trabajo. Personalmente no siento ninguna relación emocional con ningún grupo étnico de Kosovo. Lo único que percibo allí es el terror y un odio tan fuerte como la gravedad. Los gorani —Hmmmmm a ver... —Pelivan hizo una pequeña pausa antes de contestar a mi pregunta—. Los gorani somos pasteleros... Sí, eso sería lo que nos distingue. Pelivan vive en Mitrovica, una ciudad de Kosovo dividida en la actuali

Kalashnikov

Durante tres años (1999-2002) estuve ganándome la vida haciendo de guía para los periodistas extranjeros que mostraban las miserias de la guerra civil en los territorios de la ex Yugoslavia. La mayor parte del tiempo la pasé trabajando en Kosovo. La siguiente historia es de allí. La escribí para CaféDiverso (www.cafediverso.com) y es sobre los que se quedaron en medio, en ninguno de los dos bandos: los gitanos. Kalashnikov —¡Kusturica ! ¡Kusturica! —gritaba Pierre mientras Seifula me enseñaba su nueva prótesis de dientes. Este periodista francés y yo nos habíamos conocimos un día antes en el centro de prensa de la KFOR en Prístina (Kosovo). Era agosto, un mes después de que la KFOR entrara en Kosovo. Ese mismo día, la mayoría de serbios y gitanos abandonaron esta comunidad autónoma del sur de Serbia. —No quiero hacer lo que están haciendo todos los demás. Quiero algo diferente —me dijo Pierre y me contrató para que se lo encontrara. En aquellas fechas nadie estaba trat

Mi casa

Muchas veces noto que incluso mis amigos íntimos no acaban de pillar del todo de dónde soy. La mayor parte de la culpa es mía. Es que yo mismo tampoco estoy muy seguro de dónde soy. Siempre que me hacen la pregunta “¿de dónde eres?”, contesto que “soy de Croacia”. Luego, cuando me preguntan “¿Y qué tal Croacia?” suelo decir que no tengo ni idea. Llevo más de la mitad de mi vida fuera de allí y las pocas veces que voy lo hago como visitante. De turista. Supongo que todos los que llevamos mucho tiempo fuera de nuestros países tenemos sensaciones semejantes. Intentaré explicar por qué no me siento en casa en el país en que nací. El otro día leía en la prestigiosa evista croata “Globus” la columna de Miljenko Jergovic. Este periodista croata hablaba de lo absurdo que es el nacionalismo croata en la actualidad. En su artículo hablaba de Daniel Bilos, un delantero del Boca Juniors nacido y criado en Argentina de padres nacidos en este mismo país. El chaval estaba muy tranquilo sien

Abuelos y nietos

Las sociedades avanzadas tienen procesos, la del país en que yo me crié tiene ciclos. Como sucede con todas las cosas, hay ciclos buenos y malos.. A mi me tocó uno malo, igual que a mis abuelos. Entre otras cosas, ésa es la razón por la cual yo entendía mejor lo que me contaban mis abuelos que mis padres. En general los nietos y los abuelos son los que mejor se entienden de toda la familia. No sé si será por esa gran frase de Scot Peck: “Si no existieran los padres no habría psicólogos” o por el punto infantil que comparten los nietos y los abuelos. En cualquier caso, esa gran acumulación de tiempo y vivencias que almacenan los abuelos dan mucha confianza a un niño. Durante la II Guerra Mundial, mi tierra, Dalmacia, volvió a ser ocupada por los italianos, como ya había sucedido en varios periodos anteriores. En el colegio me enseñaban los peores aspectos sobre aquella época. Sin embargo, mis dos abuelos me hablaban de las cosas buenas que hacían los ocupant

Kyoto en punto de mira (Al Katrina)

George W. Bush es una persona práctica y como verdadero patriota que es bombardearía a cualquiera para proteger a su país. Él es el encargado de buscar soluciones, pero resulta que tiene un gran talento para escoger la peor. Cuando se quemaron los bosques propuso cortar los árboles para evitar que ocurriera de nuevo. Cuando dos aviones pilotados por terroristas, en su mayoría procedentes de la Arabia Saudita, chocaron contra las Torres Gemelas, bombardeó Afganistán e Irak. Es un hombre patriótico, pragmático y cuando detecta las causas actúa eliminándolas. Aplastándolas. Muchos expertos vinculan las causas de Katrina, el ciclón que ha arrasado las costas estadounidenses, con los cambios climáticos sobre cuyos peligros avisa el protocolo de Kyoto. ¡¿Va a bombardear Kyoto, señor Bush?!

Crecer entre miel y sangre

A continuación viene otra historia que escribí para el www.cafediverso.com . Es sobre la historia y el problema que detectó un hombre sabio: “Las guerras modernas son la consecuencia de las investigación históricas” F. Nietzsche Crecer entre miel y sangre "Habrá guerra", dijo mi abuelo, que murió justo antes de que empezara. El principio de los años noventa le trajo a la memoria del principio de los cuarenta. La historia se repetía y la paranoia colectiva, que condujo a los hechos de 1991, aumentaba con mucha rapidez. Era el fin del proyecto multinacional, multiétnico, multicultural y multireligioso llamado Yugoslavia. Un proyecto formado por 6 republicas, 5 naciones, 4 lenguas, 3 religiones, 2 alfabetos y 1 partido político. Había sido construido sobre la sangre vertida durante la Segunda Guerra Mundial y, por eso mismo, los que la habían vivido podían percibir que se avecinaba una nueva guerra. Igual que algunos animales pueden oler la sangre a muchos

Blanco-negro

La siguiente historia también la escribí para www.cafediverso.com y para un tema específico, que era “Blanco y negro”. El otro día leí un texto en el que un estimado colega blogger expresaba su curiosidad por mi identidad. Le parecía que la estaba ocultando por algún motivo. Creo que con la historia que sigue quedará bastante claro quién soy y sobre todo de dónde vengo. Un abrazo Blanco y negro Mi madre es croata y mi padre serbio. Perdieron la guerra los del lado de mi padre así que, junto con mi madre, dejamos la patria. Cinco años después volví a Dalmacia. La última vez que había estado allí llevaba puesto el uniforme del enemigo. A parte de algunas fachadas pintadas, unos cuantos bares y tiendas nuevos, nuevos graffiti, nuevas caras y la nueva bandera, no han cambiado demasiadas cosas Nuestro apartamento ha sido ocupado por un importante agente de la policía croata por lo que me quedo en casa de mis abuelos. Mi abuelo regresó cuando yo y todos sus vecinos serbios