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Mostrando entradas de agosto, 2008

Platos combinados

Uno de los motivos por los que la historia se repite es el rechazo que siente el usuario común del cerebro humano hacía los cambios como procesos naturales e independientes del pasado. En lugar de pensar y relacionar los hechos contemporáneos, “el consumidor” prefiere tener la “clave histórica” de acompañamiento y así poder tragar mejor cualquier porquería que le sirvan. La única "clave historica" que sin faltar se repite en todos los conflictos modernos es el dinero. Y mientras voy leyendo los titulares sobre “la nueva guerra fría” me pregunto ¿quién se llenará los bolsillos esta vez? ¡Que asco de gente!

Crisis

Este medio día salí para hacer un par de gestiones y delante del Palau de la Música, me encontré con cuatro viejas conocidas. Eran las carteristas gitano-bosnias que operan en el metro de Barcelona y delante de algunos lugares frecuentados por su caza preferida: los güíris. Durante dos años nos veíamos casi diariamente por asuntos de trabajo; yo de intérprete en los juzgados de Barcelona y ellas de "clientas". (Por la falta de tiempo no tengo mis posts etiquetados, pero algunas anécdotas con las carteristas pueden leer en algunos los posts de 2005/06). Pasé al lado suyo y entonces una de ellas me reconoció: - Eeeeey, ¿cómo estás? - me dijo con una amplia sonrisa. - Muy bien. ¿Y vosotras? - la contesté agarrando mi cartera instintivamente. Y aunque me hizo cierta ilusión verlas tan inocentes en su tiempo de descanso, no pude evitar la pregunta: – ¿Cómo va el negocio? - Mal - me contestó en seguida la mujer. Y con una cara inocente añadió: - Crisis. Lo dijo encogiendo los homb

Lecturas de verano

- ¿Sabías que ya venden un gel de ducha a base de cafeína? - No. ¡¿Qué dices!? Y ¿pa’ qué? - Pues se ve que está dirigido a los jóvenes ejecutivos y los demás workoholics que quieren comerse el mundo y no quieren perder el tiempo con tener que tomarse un café por la mañana… una ducha y listos. - Vaya. Y ¿donde meten la magdalena para mojar? Es una conversación que tuve Miquel, un amigo que conocí en el curso de Aikido. Y ahora me despido por una semanita que ¡Me voy a Asturias! Os recomiendo leer “El libro de conejitos suicidas”, de Andy Riley (Astiberri). Un libro de viñetas “Muy imaginativo, muy divertido y muy preocupante si eres la madre del autor”, según recomienda en la contra cubierta, Richard Curtis, guionista, director y productor. Os dejo una viñeta de muestra:

Lamento

Al principio de todo, Elmundo vivía feliz creando sin parar y sin mirar atrás. No tenía el apego a nada. Las causas y las consecuencias se apartaban de su camino convirtiéndose en piedras, y las emociones se deslizaban por su alma sin dejar ningún rasgo. En aquellos tiempos existían solamente tres sonidos para expresarlo todo. El A para el aire y todo lo que vuela, el U para la tierra y todo lo que anda y el O para el agua y todo lo que nada. Todo tenía sentido y todo se comunicaba y Elmundo no tenía la necesidad de dar el nombre a algo que ya existía. Elmundo no sentía que tenía que entender algo para que esto existiera. Con el A, el U, y el O, tenía suficiente. Podía cantar todo lo que le rodeaba. Hasta que un día conoció Lamente. Desde el mismo instante en que la vio, algo en su estomago se movió y el corazón empezó a batir como loco. De repente el A, el U y el O no eran suficientes para expresar lo que sentía al ver tanta belleza delante. Pronunciaba “Aaaaaaa-Oooooo-A----O---- Aaaa

En el reflejo

Yo soy. Aquí estoy. Son las primeras dos frases que apunté en mi libreta durante el “curso intensivo de Aikido” que hice durante los pasados cinco días. Lo del curso intensivo de Aikido lo pongo entre comillas porque tal como suena es solo una denominación para definir la actividad principal del curso. Pero la experiencia ha sido ¡¡¡Mucho más!!! - Si sólo habéis venido aquí para aprender las katas y las técnicas de Aikido, os habéis equivocado de lugar. Porque, yo no sé hacer el Aikido sin conciencia – nos dijo el Maestro Jordi Calvet, que durante cinco días llevó el sol y el aire fresco por todos los rincones de mi mente adormecida. Me enseñó estar despierto y abierto a todas las experiencias de la vida porque “no existe tal cosa como un “día normal”. Cada uno es mágico e irrepetible. Igual que cada uno de nosotros. A través de los bailes derviche y mantras budistas el Maestro me ha ayudado a entender las formas y el “Por qué” de un ikkio, un sankio y el resto de las técnicas.