- ¿Estás seguro que lo viste caer hacía aquí? - Sí. Joder, ¿ya no os fiáis de mí? - ¿¡Fiar!? Lo mismo nos dijiste la última vez. - Ostia cómo sois. ¿No lo vais a olvidar jamas? Pero esto fue hace dos mil años. - Sí. Y menudo lío que se ha montado. - Vale pero el niño era mono. - ¡El niño era mono! ¡¡¡¡El niño era mono, dice!!! ¡¡¡Le mato!!! Sí, el niño era mono. Todos los niños lo son. ¡Pero no era El Niño! - Y cómo yo iba a saberlo. Le pregunte al hombre si en casa tenían un niño nacido el 25 de diciembre. - Claro, que listo. En vez de contestarte el hombre te pregunto por qué lo querías saber. Y tú en seguida le dijiste “Traemos regalos”. Eres un puto genio. En un pueblo perdido donde un burro era un lujo decir que traes regalos para el niño nacido entre la paja,… ¿qué esperabas que el hombre hiciera? Tenía solamente dos opciones: pensar que éramos unos tres locos perdidos y mandarnos a tomar por culo, o ser espabilado y esperar a ver si era verdad. Nada hace espabilar tan rápido com...
Diario de un emigrante balcánico en la Península Ibérica