- son las siete - ¡otra vez! ¡eso no es vivir! - A esta hora hubiera salido del curro. - A qué te dedicabas - Marketing - Joder. - Ya. - ¿Por qué estás aquí? - Por los demás. - Como todos. - Más o menos. Un día me asusté y una cosa llevó a otra, y... ya sabes. - ¿De qué te asustaste? - De mí. - ¿En el espejo? - No. En la calle. Una pobre mujer me pedía un euro o algo de comer. La llevé a un restaurante bueno, pedí el menú más carro y al final la di todo el dinero que llevaba encima. Al volver a mi despacho me entró el pánico. Tenía el miedo de volver a salir. De volver a hacer lo mismo. Entonces dije: "Ayudando a los demás me siento mejor. ¿soy un egoísta? ¿¡soy egoísta!?", me preguntaba una y otra vez. Una y otra vez.... una y otra vez... una y otra vez... - Sí. Recuerdo que lo decías cuando te trajeron. - Y tú ¿por qué estás aquí? - Por los demás. - Como todos. - Por la noche veía la tele y me parecía que las sonrisas eran muy caras. La mañana siguiente eran mucho más caras...
Diario de un emigrante balcánico en la Península Ibérica