El sábado pasado fui invitado a la radio Pakcelona (105,4 FM, Prat de Llobregat) para hablar sobre Croacia. Es una pequeña radio situada en el patio de luces detrás de un bar shawarma, y es la única radio de toda Europa que emite su programa en urdu.
Antes de venir yo ya había avisado a Amad (un amigo paquistaní que conocí a través de Un lloc estrany , donde ambos participábamos) que quizá no soy la persona más adecuada para hablar de la actualidad de Croacia, teniendo en cuenta que llevo más de diez años viviendo fuera y que mi historia personal no refleja la identidad nacional croata. Sin embargo, Amad insistía que sería interesante, y finalmente lo acepté.
No tuvimos mucho tiempo para hablar porque justamente a la misma hora fue convocada una manifestación en signo de protesta contra el Gobierno del Presidente de Pakistan y la situación de alta tensión que se vive en el país.
Por suerte tuvimos que interrumpir el programa para dar paso a una conexión en directo desde el lugar de la manifestación, porque justamente tocaba la pregunta incomoda: la guerra en Croacia.
Me despedí de Amad con la promesa de que intentaré volver un otro día y en el autobús tenía suficiente tiempo para pensar por qué se me hace tan incomodo hablar de la guerra y de la actual Croacia. Supongo que mi condición de exiliado contra la voluntad propia, lo podría explicar.
Muchos de mis amigos tienen lío a la hora de decir de donde soy. La culpa la tengo yo porque tampoco lo puedo decir tan claramente. De algún modo se podría decir que Croacia representa mi identidad cultural y Serbia mi identidad nacional, pero teniendo en cuenta la complejidad política e histórica del asunto trato de evitar tener que declararme de ningún lado.
A noche estuve en un concierto de Gogol Bordello (una experiencia musical y energética inolvidable&SuperRecomendable) y me di cuenta que sí que hay una identidad con la que me siento cómodo.
Soy de Europa.
Del Este.
Antes de venir yo ya había avisado a Amad (un amigo paquistaní que conocí a través de Un lloc estrany , donde ambos participábamos) que quizá no soy la persona más adecuada para hablar de la actualidad de Croacia, teniendo en cuenta que llevo más de diez años viviendo fuera y que mi historia personal no refleja la identidad nacional croata. Sin embargo, Amad insistía que sería interesante, y finalmente lo acepté.
No tuvimos mucho tiempo para hablar porque justamente a la misma hora fue convocada una manifestación en signo de protesta contra el Gobierno del Presidente de Pakistan y la situación de alta tensión que se vive en el país.
Por suerte tuvimos que interrumpir el programa para dar paso a una conexión en directo desde el lugar de la manifestación, porque justamente tocaba la pregunta incomoda: la guerra en Croacia.
Me despedí de Amad con la promesa de que intentaré volver un otro día y en el autobús tenía suficiente tiempo para pensar por qué se me hace tan incomodo hablar de la guerra y de la actual Croacia. Supongo que mi condición de exiliado contra la voluntad propia, lo podría explicar.
Muchos de mis amigos tienen lío a la hora de decir de donde soy. La culpa la tengo yo porque tampoco lo puedo decir tan claramente. De algún modo se podría decir que Croacia representa mi identidad cultural y Serbia mi identidad nacional, pero teniendo en cuenta la complejidad política e histórica del asunto trato de evitar tener que declararme de ningún lado.
A noche estuve en un concierto de Gogol Bordello (una experiencia musical y energética inolvidable&SuperRecomendable) y me di cuenta que sí que hay una identidad con la que me siento cómodo.
Soy de Europa.
Del Este.
Comentarios
te entiendo, creo que te entiendo.
Lo que importa, me parece, es que para mí eres de esa hermosa patria que es la amistad: con solo esa presentación, me basta.
Un abrazo, N.
un abrazo