Alo Boro. Ja sam (Hola Boro. Soy yo.)– decía la voz cuya identidad no podía ubicar en mi memoria. Hablaba mi idioma y conocía mi mote. Solamente mi familia, y mis amigos de la infancia, me llaman Boro.
- Soy Zvone.
Entonces se me encendieron las luces. Zvone era uno de mis mejores amigos de la infancia. Al principio de la guerra, siendo croata, su familia se refugió al “otro lado” y pasaron casi diez años hasta que volvimos a vernos de nuevo.
Fue durante mi primera visita a Knin, mi pueblo natal, desde la guerra. (para ahorrar os el tiempo, a los que quieren saber como fue esa primera visita, os recomiendo a que lo lean en http://lospapelesdeboris.blogspot.com/2005/09/blanco-negro.html )
Yo no quería salir mucho y solamente me apetecía estar con mis tíos y, sobre todo con, mi abuelo. Un día, mi tía me dijo que Zvone tenía un bar en el pueblo y si me apetecía ir a saludarle, porque siempre que se encontraban por la calle preguntaba por mi.
Decidí irme un día por la mañana. Entré en el bar y Zvone me reconoció en seguida. Nos sentamos en una mesa y hablamos de todo, salvo la política. Empezaron a entrar caras conocidas, amigos que no nos habíamos visto desde hace muchísimo tiempo. Me alegraba de verles, pero me sentía incomodo. Sentía que en cualquier momento podría venir alguien que creyera que mi pellejo sería una buena recompensa para los traumas que le causó la guerra.
Zvone notó que constantemente miraba la puerta de la entrada y me dijo “Tranquilo. Estas conmigo” Luego me recordó que estaba en deuda conmigo por haber “saltado por él” cuando los hermanos Celik le querrían pegar, porque su padre había hablado en una mitin de HDZ (partido nacionalista croata).
De esto había pasado tanto tiempo que yo ya no me recordaba. Éramos niños. Y los niños, en general, tienen un mayor sentido de justicia, y menos miedo de ejercerlo.
La verdad es que después de esto me sentía mucho más relajado, pero, por cualquier caso, no dejaba de mirar la puerta cada vez que alguien entrara en el bar.
Pero eso no era la única cosa que me incomodaba. Al saludarnos con un apretón de mano, había notaba que a Zvone le faltaba el dedo meñique de la mano derecha. No me atrevía preguntarle como pasó. No temía de la pregunta, sino de la respuesta.
Finalmente fue Neven, otro amigo que estaba allí, quien invitó a Zvone a que me contara cómo pasó.
- Ah, eso – dijo Zvone enseñándome la mano. – Fui yo – me dijo riéndose.
- ¿Tu?
- Sí. Llevaba tiempo intentando librarme de la mili y no había manera. Yo les decía que estaba loco y que no podía ir. Venía hecho mierda de drogas a la consulta con la psicóloga y la decía que si me reclutan que lo primero que iba hacer cuando me dieran el rifle sería volver allí y matar a ella y a todos los hijos de puta que allí trabajan. No funcionó. Me llegó la carta para presentarme el día X. Cogí una botella de loza (fuerte orujo de uva parecido a la grapa), un hacha, y me fui a mi habitación. Bebí de un trago media botella, puse la mano sobre la mesita y ¡zaaaaaap!…. – gritó gesticulando el movimiento del hacha apartándole el dedo de la mano. – Ja,ja,ja,… me lo corté.
- Joder.
- Pero sabes que fue incluso más loco… Me volvieron a mandar la carta. Decían que yo seguía apto para el servicio. Ja,ja,ja,.. te lo puedes creer. ¡Gilipollas!
- Y ¿qué pasó?
- Pues nada me presenté en el despacho de reclutación y le dije al capullo “Oye, que mierda es esa. Si no me borres de allí ahora mismo me cortaré el brazo entero y te lo traeré aquí". Je,je,je… el tío se cagó de miedo. Llamó a la psicóloga y en cinco minutos llegó el fax que me libraba. Ja, ja,… ¡Gilipollas!
Han pasado otros siete años desde aquella vez que Zvone y yo hablábamos en su bar. Ahora me llamó porque venía a Barcelona y su madre había pedido mi número a mi tío. Vino hace una semana pero no me había llamado antes porque tenía la espalda “jodida” y no se podía mover. “Estoy en Barcelona, en Plaza Cataluña” me dijo. “Espérame allí. En seguida vengo”
Nos vimos solo un rato, porque tenía que coger el vuelo para Francfurt, donde vive ahora. Ha cerrado el bar y se fue a Alemania. Le pregunto que tal en Knin.
- Una mierda tío – me dice. “Hace dos años que no voy. Está toda la peña enganchada al caballo. Nadie hace nada. Se pasan todo el día colgados. Mierda tío. Mierda.”
En Alemania, Zvone trabaja en construcción. Mejor dicho, trabaja cuando la espalda se lo permite porque la tiene bastante mal. Apenas puede caminar, y el dolor se le nota en la cara. Le pregunté si volverá a vivir en nuestro pueblo. “Ni loco”, fue la respuesta.
Antes de la guerra, el nuestro, era un pueblo tranquilo y se vivía bastante bien. Ahora no hay trabajo. Todas las fabricas están cerradas y el estado no invierte nada porque sigue siendo una zona donde antes vivía una gran mayoría serbia, y el gobierno croata sigue haciendo todo lo posible para que no volvieran.
La guerra se acabó y en nuestro pueblo solamente quedaron los que no tenían a donde irse, y quedarse. Un pueblo lleno de los daños colaterales de los sueños (pesadillas) nacionalistas.
Todos han ganado la derrota.
- Soy Zvone.
Entonces se me encendieron las luces. Zvone era uno de mis mejores amigos de la infancia. Al principio de la guerra, siendo croata, su familia se refugió al “otro lado” y pasaron casi diez años hasta que volvimos a vernos de nuevo.
Fue durante mi primera visita a Knin, mi pueblo natal, desde la guerra. (para ahorrar os el tiempo, a los que quieren saber como fue esa primera visita, os recomiendo a que lo lean en http://lospapelesdeboris.blogspot.com/2005/09/blanco-negro.html )
Yo no quería salir mucho y solamente me apetecía estar con mis tíos y, sobre todo con, mi abuelo. Un día, mi tía me dijo que Zvone tenía un bar en el pueblo y si me apetecía ir a saludarle, porque siempre que se encontraban por la calle preguntaba por mi.
Decidí irme un día por la mañana. Entré en el bar y Zvone me reconoció en seguida. Nos sentamos en una mesa y hablamos de todo, salvo la política. Empezaron a entrar caras conocidas, amigos que no nos habíamos visto desde hace muchísimo tiempo. Me alegraba de verles, pero me sentía incomodo. Sentía que en cualquier momento podría venir alguien que creyera que mi pellejo sería una buena recompensa para los traumas que le causó la guerra.
Zvone notó que constantemente miraba la puerta de la entrada y me dijo “Tranquilo. Estas conmigo” Luego me recordó que estaba en deuda conmigo por haber “saltado por él” cuando los hermanos Celik le querrían pegar, porque su padre había hablado en una mitin de HDZ (partido nacionalista croata).
De esto había pasado tanto tiempo que yo ya no me recordaba. Éramos niños. Y los niños, en general, tienen un mayor sentido de justicia, y menos miedo de ejercerlo.
La verdad es que después de esto me sentía mucho más relajado, pero, por cualquier caso, no dejaba de mirar la puerta cada vez que alguien entrara en el bar.
Pero eso no era la única cosa que me incomodaba. Al saludarnos con un apretón de mano, había notaba que a Zvone le faltaba el dedo meñique de la mano derecha. No me atrevía preguntarle como pasó. No temía de la pregunta, sino de la respuesta.
Finalmente fue Neven, otro amigo que estaba allí, quien invitó a Zvone a que me contara cómo pasó.
- Ah, eso – dijo Zvone enseñándome la mano. – Fui yo – me dijo riéndose.
- ¿Tu?
- Sí. Llevaba tiempo intentando librarme de la mili y no había manera. Yo les decía que estaba loco y que no podía ir. Venía hecho mierda de drogas a la consulta con la psicóloga y la decía que si me reclutan que lo primero que iba hacer cuando me dieran el rifle sería volver allí y matar a ella y a todos los hijos de puta que allí trabajan. No funcionó. Me llegó la carta para presentarme el día X. Cogí una botella de loza (fuerte orujo de uva parecido a la grapa), un hacha, y me fui a mi habitación. Bebí de un trago media botella, puse la mano sobre la mesita y ¡zaaaaaap!…. – gritó gesticulando el movimiento del hacha apartándole el dedo de la mano. – Ja,ja,ja,… me lo corté.
- Joder.
- Pero sabes que fue incluso más loco… Me volvieron a mandar la carta. Decían que yo seguía apto para el servicio. Ja,ja,ja,.. te lo puedes creer. ¡Gilipollas!
- Y ¿qué pasó?
- Pues nada me presenté en el despacho de reclutación y le dije al capullo “Oye, que mierda es esa. Si no me borres de allí ahora mismo me cortaré el brazo entero y te lo traeré aquí". Je,je,je… el tío se cagó de miedo. Llamó a la psicóloga y en cinco minutos llegó el fax que me libraba. Ja, ja,… ¡Gilipollas!
Han pasado otros siete años desde aquella vez que Zvone y yo hablábamos en su bar. Ahora me llamó porque venía a Barcelona y su madre había pedido mi número a mi tío. Vino hace una semana pero no me había llamado antes porque tenía la espalda “jodida” y no se podía mover. “Estoy en Barcelona, en Plaza Cataluña” me dijo. “Espérame allí. En seguida vengo”
Nos vimos solo un rato, porque tenía que coger el vuelo para Francfurt, donde vive ahora. Ha cerrado el bar y se fue a Alemania. Le pregunto que tal en Knin.
- Una mierda tío – me dice. “Hace dos años que no voy. Está toda la peña enganchada al caballo. Nadie hace nada. Se pasan todo el día colgados. Mierda tío. Mierda.”
En Alemania, Zvone trabaja en construcción. Mejor dicho, trabaja cuando la espalda se lo permite porque la tiene bastante mal. Apenas puede caminar, y el dolor se le nota en la cara. Le pregunté si volverá a vivir en nuestro pueblo. “Ni loco”, fue la respuesta.
Antes de la guerra, el nuestro, era un pueblo tranquilo y se vivía bastante bien. Ahora no hay trabajo. Todas las fabricas están cerradas y el estado no invierte nada porque sigue siendo una zona donde antes vivía una gran mayoría serbia, y el gobierno croata sigue haciendo todo lo posible para que no volvieran.
La guerra se acabó y en nuestro pueblo solamente quedaron los que no tenían a donde irse, y quedarse. Un pueblo lleno de los daños colaterales de los sueños (pesadillas) nacionalistas.
Todos han ganado la derrota.
Comentarios
Una vez más, la realidad parece imitar al arte.
Me gusta mucho ir leyendo tu bitácora, admiro tu capacidad a la hora de ir desgranando y seleccionando recuerdos así como anécdotas.
Sigue así, que nos (me) aportas mucho.
Muchas gracias, un abrazo.
N.
Nedavno mi je jedan moj prijatelj proslao prilog o „Nostalgiji” (kojeg i Vama prosljeđujem u prilogu). „Nostalgija” je psihološka dijagnoza koja je često popraćena yaboravnošću, npr. čovjek se često i ne sjeća baš najbolje, dihotomijom, kao npr. čovjek ne zna gdje i kome pripada, a u nekim slučajevima može doći i do gubitka identiteta.
Nostalgija je uobičajen događaj koji prati gubitak. Čak i kod beznačajnih gubitaka pojavljuje se čeznja za „izgubljenim”, popraćena cijelim spletom osjećanja -- lijepih i ugodnih -- čak i ako se realno radilo o neugodnom događju(!). O čemu li je riječ? Naravno, o idealizaciji ili „čuvaru psihološkog zdravlja”.
Iako se ne zna sa pouzdanom preciznošću zašto čovjek idealizira događaje iz prošlosti, idealizacija je uspješna u održanju lijepog raspoloženja, samosvjesti i slike o sebi kao određenoj osobi, a uz to može biti i vjerodostojna u određivanju budućih događaja, npr. povratak ili traganje, pored ostalog.
Ako racionalno ne razumijete zašto Vam nedostaju neki ljudi -- kojima se čak ne možete sjetiti ni imena --, ili ako Vam nedostaju mjesta ili događaji, a ne znate zašto, prisjetite se da se radi o izuzetno uspješnom i važnom umnom triku -- idealizaciji.
Navodi se da jedan od uspješnijih načina savladavanja nostalgije je „de-idealizacija” ili razbijanje slike o lijepom -- što u nekim -- ili većini -- slučajevima i nije preporučljivo!
Tako kažu, a nama ostaje staro, dobro pravilo, da sud o tome donosimo sami.
Lijep pozdrav.
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By E. B. - Analysis of Suffering for “Home”, NOSTALGIA
Approximately 750 000 to one million Internally replaces people in
Serbia live a difficult lifes. They are called sometimes Serbian
refugees from Bosnia, refugees from Croatia and refugees from Kosovo
and Metohia. Is any refugee was leaving the home voluntary or involuntary. Is One left Home by free will or not?
Renos Papandopoulos calls the feeling “Nostalgic disorientation” and
“mosaic substratum of identity”. Why? Where and when we, you, they
feel nostalgic?
Is it possible to confirm ethnic or national identity without claiming a recoverable history, which supports a fixed identity?
What alternatives are there to cementing identity in essential
certainty? Is identity fluid or changing and can such an understanding of them sustain political commitment?
These questions address the tensions between social constructionist
and essentialist conception of identity.
Wars, crises of former Yugoslavia can be observed through the power of representation and how and why some meanings are preferred?
All signifying practices that produce meaning involve relations of
power, including the power to define who is included and who is
excluded. Who is good gay, who is bad gay ? Bias? Culture shapes identity though giving meaning to psychological experience.
Nostalgia, in fact, may depend precisely on the irrecoverable nature
of the past for its emotional impact and appeal. It is the very
pastness of the past, its inaccessibility, that likely accounts for a
large part of nostalgia's power--for both conservatives and radicals
alike. This is rarely the past as actually experienced, of course; it
is the past as imagined, as idealized through memory and desire. The
simple, pure, ordered, easy, beautiful, or harmonious past is
constructed and then experienced emotionally in conjunction with the
present--which, in turn, is constructed as complicated, contaminated,
anarchic, difficult, ugly, and confrontational.
Nostalgic distancing sanitizes as it selects, making the past feel
complete, stable, coherent, safe from "the unexpected and the
untoward, from accident or betrayal" in other words, making it so very unlike the present.
The aesthetics of nostalgia might, therefore, be less a matter of
simple memory than of complex projection; the invocation of a partial, idealized history merges with dissatisfaction with the present. And it can do so with great force!
Aqui un link, de una escena, no la encontre subtitulada, pero... en esencia solo trasmitirte cariños.
http://es.youtube.com/watch?v=E0V5fo6hBYE
No he tenido un buen fin de semana. Malas noticias me han traído recuerdos.
A_99
gracias a todos
hvala za Nostalgiju
Un saludo desde “estos días azules, este Sol de verano”
Que vagi bé!
recuerdo vagamente conversaciones con la embajada, para que volviese (lo que querían sus padres)...
en fin, tal vez por eso, y por la idílica idea que yo tenía de tu tierra- pre guerras- me interesó siempre tanto este blog.
Ojalá nunca se te ponga una mirada tan dura y triste como tenía él, aunque no recuerdo su nombre.
abrazos.
siloam
"¿Crees que el tiempo, el olvido, la resignación puede curar estas cicatrices?"
el tiempo lo curra todo, pero a veces la operación puede ser un éxito a pesar de que el paciente haya muerto
Ademas, yo creo que el tiempo, o los tiempos, es lo que está enfermo
Siloam
no te preocupes, la mirada no está en los ojos
Gracias amigos!
daniela
entiendo tu amigo. a mi también me ha gustado mucho hablar de ello, hasta que me fui y pude verlo todo mejor desde la distancia.
un abrazo