¡Ey! – sentí como una voz interrumpía mi concentración en mantener una distancia cordial con los demás seres pasajeros en una estación de metro de Barcelona mientras esperaba coger el tren. A continuación esa misma voz me dijo - Ti si naš!?
Entendí que alguien me preguntaba en serbo-croata si “soy nuestro”, o mejor dicho uno de los nuestros, pero no podía ubicar su cara dentro de mi agenda de contactos.
¿Y tú quien eres? – le contesté en el mismo idioma a un chaval moreno, joven, vestido de niño bueno, tirando hacía el styling del vídeo “Amo a Laura”. Bien peinado, con jersey a romboides, una camisa blanca y pantalón planchado a raya. Limpio.
- ¿No te acuerdas? – dijo sorprendido mientras entrabamos en el vagón del tren. – Soy Mujo. ¿Tú eres intérprete?
- Ahhhh, sí Mujo. ¿Qué tal? ¿Cuándo has salido? – le pregunté no sabiendo que le confundía con otro chico gitano de Bosnia.
- Yo no estaba en la cárcel. Solo tengo que pagar la multa. 240 euros… ¿te acuerdas?
- Ahhh vale, vale. – entonces me acordé de él. Hace unas semanas le había traducido y luego escribí un post sobre ello (mirar en http://lospapelesdeboris.blogspot.com/2006/10/en-el-intento.html). Pero aquel día tenía una pinta completamente distinta y su vestuario era mucho más modesto. – ¿Y qué, ahora estas aquí trabajando para pagar la multa? – le pregunté aludiendo a su oficio de carterista. Mujo en seguida captó mi ironía y lo comento con una sonrisa seguida de:
- Yo me bajo aquí – y abrió la puerta del tren.
- Vale, puessss,… nos veremos – le saludé.
- Vale. Pero espero que no sea en tu trabajo – contestó Mujo, y se fundió en el rio de sus “clientes”, que salieron en la misma parada.
Entendí que alguien me preguntaba en serbo-croata si “soy nuestro”, o mejor dicho uno de los nuestros, pero no podía ubicar su cara dentro de mi agenda de contactos.
¿Y tú quien eres? – le contesté en el mismo idioma a un chaval moreno, joven, vestido de niño bueno, tirando hacía el styling del vídeo “Amo a Laura”. Bien peinado, con jersey a romboides, una camisa blanca y pantalón planchado a raya. Limpio.
- ¿No te acuerdas? – dijo sorprendido mientras entrabamos en el vagón del tren. – Soy Mujo. ¿Tú eres intérprete?
- Ahhhh, sí Mujo. ¿Qué tal? ¿Cuándo has salido? – le pregunté no sabiendo que le confundía con otro chico gitano de Bosnia.
- Yo no estaba en la cárcel. Solo tengo que pagar la multa. 240 euros… ¿te acuerdas?
- Ahhh vale, vale. – entonces me acordé de él. Hace unas semanas le había traducido y luego escribí un post sobre ello (mirar en http://lospapelesdeboris.blogspot.com/2006/10/en-el-intento.html). Pero aquel día tenía una pinta completamente distinta y su vestuario era mucho más modesto. – ¿Y qué, ahora estas aquí trabajando para pagar la multa? – le pregunté aludiendo a su oficio de carterista. Mujo en seguida captó mi ironía y lo comento con una sonrisa seguida de:
- Yo me bajo aquí – y abrió la puerta del tren.
- Vale, puessss,… nos veremos – le saludé.
- Vale. Pero espero que no sea en tu trabajo – contestó Mujo, y se fundió en el rio de sus “clientes”, que salieron en la misma parada.
Comentarios
un abrazo
POZDRAV OD NASE
Ja sam svoj :)
Samo moj ti je savet: nemoj se stideti svojih korena, nema veze ko si i sta si, vazno je da imas korene. Samo tikva nema korenje...
Nisam zlonamerna kao sto si ti to shvatio :)
Pozdrav