Ahora que el Barça ha ganado la Liga recuerdo que un amigo me invitó a ver el primer partido de la temporada 2003-04. La nueva dirección intentó sobornar a los aficionados con una extraña mezcla de muestras de identidad catalana y raciones de gazpacho andaluz. Tenía que notarse el efecto Laporta. En medio de aquel rollo, se oyó por megafonía:
- “Señor Romero, preséntese, por favor, en la entrada número 23 para recoger sus documentos que han sido encontrados… etc.
Unos instantes después llamaron a otro señor con apellido menos ibérico:
- “Señor X, preséntese en la puerta 23 para recoger algunos papeles que ha perdido”.
Dijo “algunos papeles”.
Y tenía razón. Los de aquí tienen documentos y nosotros tenemos papeles. En realidad todos tenemos papeles, pero los nuestros no valen. Un documento es algo con identidad propia, algo natural en lo que no tienes que pensar ni preocuparte, porque ya los tienes..
Tener papeles es otra cosa, cuesta un huevo tenerlos. Por eso creo que aquella tarde el señor X se puso mucho más contento al oír que habían encontrado sus “papeles” que el señor Romero cuando supo que habían aparecido “sus documentos”. En todo caso, si Don Romero no hubiera recuperado sus “documentos” hubiera tenido que ir a la comisaría más cercana a su casa y denunciarlo. Una tarea pesada, pero unos siete o diez días más tarde los tendría nuevos, actualizados con su nueva foto, etc.
Lo que no se puede predecir es qué hubiera tenido que hacer el señor X sino hubieran aparecido sus papeles. En nuestro caso nunca se sabe qué te pueden pedir.
Tanto es así que yo, por ejemplo, tengo grandes dificultades para poner en orden mis objetos en formato papel. No puedo tirar nada y ello hace que vaya acumulando una cantidad enorme de papeles inútiles. Al final tendré que alquilar un piso más grande para poder guardarlos todos. Porque, insisto, nunca sabes qué te van a pedir. Tal vez un día pienses “esto no me sirve para nada” y después descubres que “esto” era una fotocopia de una copia de un resguardo de hace 4 años que te dieron para poder hacer cola para preguntar cuándo podías ir a solicitar nuevos trámites. Y resulta que para ellos ese papelillo es muy importante. Si no lo tienes, “no hay ningún problema” solo tendrás que comenzar otra vez todo el proceso.
- “Señor Romero, preséntese, por favor, en la entrada número 23 para recoger sus documentos que han sido encontrados… etc.
Unos instantes después llamaron a otro señor con apellido menos ibérico:
- “Señor X, preséntese en la puerta 23 para recoger algunos papeles que ha perdido”.
Dijo “algunos papeles”.
Y tenía razón. Los de aquí tienen documentos y nosotros tenemos papeles. En realidad todos tenemos papeles, pero los nuestros no valen. Un documento es algo con identidad propia, algo natural en lo que no tienes que pensar ni preocuparte, porque ya los tienes..
Tener papeles es otra cosa, cuesta un huevo tenerlos. Por eso creo que aquella tarde el señor X se puso mucho más contento al oír que habían encontrado sus “papeles” que el señor Romero cuando supo que habían aparecido “sus documentos”. En todo caso, si Don Romero no hubiera recuperado sus “documentos” hubiera tenido que ir a la comisaría más cercana a su casa y denunciarlo. Una tarea pesada, pero unos siete o diez días más tarde los tendría nuevos, actualizados con su nueva foto, etc.
Lo que no se puede predecir es qué hubiera tenido que hacer el señor X sino hubieran aparecido sus papeles. En nuestro caso nunca se sabe qué te pueden pedir.
Tanto es así que yo, por ejemplo, tengo grandes dificultades para poner en orden mis objetos en formato papel. No puedo tirar nada y ello hace que vaya acumulando una cantidad enorme de papeles inútiles. Al final tendré que alquilar un piso más grande para poder guardarlos todos. Porque, insisto, nunca sabes qué te van a pedir. Tal vez un día pienses “esto no me sirve para nada” y después descubres que “esto” era una fotocopia de una copia de un resguardo de hace 4 años que te dieron para poder hacer cola para preguntar cuándo podías ir a solicitar nuevos trámites. Y resulta que para ellos ese papelillo es muy importante. Si no lo tienes, “no hay ningún problema” solo tendrás que comenzar otra vez todo el proceso.
Comentarios
En realidad he llegado a creer que los emigrantes formamos un conjunto, una raza, una nacion a parte de este mundo.
Un saludo.
Al menos no saben que es dejar tu pais y pasar de un trabajo comodo a ser el ultimo escalon social y trabajar en una cocina.
Ellos forman parte de otra raza... los ricos.
Un saludo.