Todas las mañanas antes de trabajar, veo las noticias para confirmar que nada haya cambiado. Y hoy mientras estaba en el lavabo me llegaba el sonido del telediario y los términos como "fuertes caídas", "altas presiones", "bruscas precipitaciones", etc. Al principio entendía que hablaban sobre la previsión del tiempo para los próximos días, pero hablaban de la previsión económica. Desde aquí quisiera proponer a que los telediarios tengan un programa fijo dedicado a la crisis, y parecido al formato de la previsión de tiempo.
Sería un programa nuevo, que avisaría sobre "el grave riesgo para la salud" que puede suponer una larga exposición a la crisis y apelaría a los ciudadanos a que no salgan de sus hogares, salvo que fuera realmente necesario (o tengan trabajo), hasta que la crisis amaine.
La actual crisis se parece a una carrera donde el primero que llegue el último es proclamado el ganador, y como el premio se lleva la miseria moral que han dejado décadas de salvajadas cometidas por unos codiciosos sin escrúpulos, protegidos por las políticas que promovían un crecimiento insostenible a coste de unas enormes desigualdades sociales.
Ahora ya que estamos donde estamos, a ver como salimos de esta. Es evidente que los mismos que nos han metido aquí no tienen la credibilidad moral para liderar un debate social que buscara unas vías eficaces y sostenible para garantizar la paz y justicia social. Pero, sin ello cualquier medida que se tomara no hará más que prolongar la agonía de un sistema moribundo, que amenaza con morir matando.
Si entendemos los valores como los elementos orientadores de la conducta humana, hemos de revisar los modelos que usan nuestras sociedades para crearlos y trasmitirlos. Y las empresas son uno de los modelos claves en este sentido. Agotados los recursos morales neoliberales y neocoloniales, se empieza a hablar mucho sobre la dirección por valores definida como una filosofía que, además de impulsar una dinámica de revitalización cultural en el seno de la organización, permite entender el proceso de cambio como una oportunidad de desarrollo personal y profesional en un entorno cambiante, competitivo y exigente.
La clave para ello son la creatividad, libertad y responsabilidad. Añadiéndoles a estos elementos la generosidad y la honestidad, tendríamos unas empresas basadas en personas como el mayor recurso y la ventaja competitiva para el Mundo donde la información ya no es el privilegio de pocos, sino el bien al alcance de todos. Los que entiendan que el conocimiento no es lineal y que, igual que la información, va unido a las redes y no al poder administrativo, serán los primeros en desembarcar en las costas de los Nuevos Tiempos, sean cuales sean las previsiones de crisis.
Sería un programa nuevo, que avisaría sobre "el grave riesgo para la salud" que puede suponer una larga exposición a la crisis y apelaría a los ciudadanos a que no salgan de sus hogares, salvo que fuera realmente necesario (o tengan trabajo), hasta que la crisis amaine.
La actual crisis se parece a una carrera donde el primero que llegue el último es proclamado el ganador, y como el premio se lleva la miseria moral que han dejado décadas de salvajadas cometidas por unos codiciosos sin escrúpulos, protegidos por las políticas que promovían un crecimiento insostenible a coste de unas enormes desigualdades sociales.
Ahora ya que estamos donde estamos, a ver como salimos de esta. Es evidente que los mismos que nos han metido aquí no tienen la credibilidad moral para liderar un debate social que buscara unas vías eficaces y sostenible para garantizar la paz y justicia social. Pero, sin ello cualquier medida que se tomara no hará más que prolongar la agonía de un sistema moribundo, que amenaza con morir matando.
Si entendemos los valores como los elementos orientadores de la conducta humana, hemos de revisar los modelos que usan nuestras sociedades para crearlos y trasmitirlos. Y las empresas son uno de los modelos claves en este sentido. Agotados los recursos morales neoliberales y neocoloniales, se empieza a hablar mucho sobre la dirección por valores definida como una filosofía que, además de impulsar una dinámica de revitalización cultural en el seno de la organización, permite entender el proceso de cambio como una oportunidad de desarrollo personal y profesional en un entorno cambiante, competitivo y exigente.
La clave para ello son la creatividad, libertad y responsabilidad. Añadiéndoles a estos elementos la generosidad y la honestidad, tendríamos unas empresas basadas en personas como el mayor recurso y la ventaja competitiva para el Mundo donde la información ya no es el privilegio de pocos, sino el bien al alcance de todos. Los que entiendan que el conocimiento no es lineal y que, igual que la información, va unido a las redes y no al poder administrativo, serán los primeros en desembarcar en las costas de los Nuevos Tiempos, sean cuales sean las previsiones de crisis.
Comentarios
Ánimo para todos, es temporada de cambios.