Sasa Markus, nacida en Podgorica (Montenegro), vive en Barcelona, se dedica a la investigación cinematográfica.
¿Cómo imaginabas que iba a ser tu vida en España cuando dejaste Belgrado?
No lo recuerdo con claridad. Se que sabía que iba a ser duro en el principio, pero estaba decidida de aguantarlo, pues me pareció que la lucha tuviera sentido. Es que querría conseguir una vida normal y tranquila. También, que en España podré valer por mi misma en el sentido económico: para mi eso fue muy importante, ya que en mi país fue imposible. Me parecía que iba a disfrutar de mi trabajo y que podré avanzar en este sentido. Me pareció que mi vida iba a ser llena de cosas pequeñas y cotidianas que en mi país faltaban: disfrutar de los amigos, de mi propia casa, de ir al cine, al gimnasio, de tod o…
¿Qué te encontraste?
Bueno, lo de ser duro, lo fue y todavía lo es. Cuando deje mi país me pareció que la dureza estaba reservada solo para el inicio del viaje emigratorio, pero, ahora, después de nueve años, todavía es duro. Mi vida no es nada tranquila, pues el estrés es continuo y todo es muy turbio. Por eso, mi vida tampoco es normal: la falta de estabilidad es continua. Si que disfruto de las cosas pequeñas, pero también sufro por cosas pequeñas: como nada es estable, me parece que lo que tengo hoy, podré perder fácilmente mañana…
No todo es tan negro, pues en mi trabajo me parece que si que he avanzado y me he ampliado los horizontes. También, en este plan he recibido ciertos reconocimientos, de los que estoy orgullosa y por los que estoy agradecida al ámbito catalán y español. Valgo por mi misma.
He encontrado amor.
¿Cuál era tu objetivo principal?
Tenía dos. Cambiar de país de forma permanente y avanzar en mi trabajo, hacer la tesis.
¿Se cumplió?
Aquí nada es permanente, en el primer lugar. Querer algo permanente fue un error. Lo otro se cumplió parcialmente, o está en el camino de cumplirse.
¿Cuándo hablas con tu familia o amigos en Belgrado cómo crees que ven tu vida aquí?
Piensan que lo tengo mucho mejor que ellos, pero no saben – ni pueden saber – como me puedo sentir y como me siento.
¿Cómo ves tu Belgrado cuando vuelves?
Parece un paraíso. Sé que esto no es una imagen real, pero esto no me impide de desfrutar de ella mientras estoy allí.
¿Qué es lo más difícil de la vida aquí?
Incertidumbre, problemas con los papeles y comunicación con una cultura ajena.
¿Qué es lo mejor de la vida aquí?
Valgo por mi misma.
¿Cómo interpretarías las palabras de mi madre?: “Ni se te ocurre pensar en volver.”
Te lo voy a traducir: ‘Hijo, sé que a lo mejor piensas volver a casa, porqué esta es tu casa y la quieres mucho, igual que nosotros te queremos a ti. Pero sé que si vuelves, lo pasarás bien durante un par de meses y luego te encontrarás con los mismos problemas por los que te marchaste. Tardarías muy poco en volverte a sentir muy infeliz y descontento. Por eso te digo que mires hacía adelante y que no pienses mucho en el pasado. Nosotros ya nos apañaremos’ En serbio: ‘Ne okreci se sine’ (*).
¿Cual sería tu día ideal?
Ja, ja… Levantarse por la mañana, tomar café, ir a la piscina y luego al cine, por la noche hacer una cena para los amigos en mi casa. Y todo esto sin preocupaciones tipo papeles o dinero.
(*) Ne okreci se sine
¿Cómo imaginabas que iba a ser tu vida en España cuando dejaste Belgrado?
No lo recuerdo con claridad. Se que sabía que iba a ser duro en el principio, pero estaba decidida de aguantarlo, pues me pareció que la lucha tuviera sentido. Es que querría conseguir una vida normal y tranquila. También, que en España podré valer por mi misma en el sentido económico: para mi eso fue muy importante, ya que en mi país fue imposible. Me parecía que iba a disfrutar de mi trabajo y que podré avanzar en este sentido. Me pareció que mi vida iba a ser llena de cosas pequeñas y cotidianas que en mi país faltaban: disfrutar de los amigos, de mi propia casa, de ir al cine, al gimnasio, de tod o…
¿Qué te encontraste?
Bueno, lo de ser duro, lo fue y todavía lo es. Cuando deje mi país me pareció que la dureza estaba reservada solo para el inicio del viaje emigratorio, pero, ahora, después de nueve años, todavía es duro. Mi vida no es nada tranquila, pues el estrés es continuo y todo es muy turbio. Por eso, mi vida tampoco es normal: la falta de estabilidad es continua. Si que disfruto de las cosas pequeñas, pero también sufro por cosas pequeñas: como nada es estable, me parece que lo que tengo hoy, podré perder fácilmente mañana…
No todo es tan negro, pues en mi trabajo me parece que si que he avanzado y me he ampliado los horizontes. También, en este plan he recibido ciertos reconocimientos, de los que estoy orgullosa y por los que estoy agradecida al ámbito catalán y español. Valgo por mi misma.
He encontrado amor.
¿Cuál era tu objetivo principal?
Tenía dos. Cambiar de país de forma permanente y avanzar en mi trabajo, hacer la tesis.
¿Se cumplió?
Aquí nada es permanente, en el primer lugar. Querer algo permanente fue un error. Lo otro se cumplió parcialmente, o está en el camino de cumplirse.
¿Cuándo hablas con tu familia o amigos en Belgrado cómo crees que ven tu vida aquí?
Piensan que lo tengo mucho mejor que ellos, pero no saben – ni pueden saber – como me puedo sentir y como me siento.
¿Cómo ves tu Belgrado cuando vuelves?
Parece un paraíso. Sé que esto no es una imagen real, pero esto no me impide de desfrutar de ella mientras estoy allí.
¿Qué es lo más difícil de la vida aquí?
Incertidumbre, problemas con los papeles y comunicación con una cultura ajena.
¿Qué es lo mejor de la vida aquí?
Valgo por mi misma.
¿Cómo interpretarías las palabras de mi madre?: “Ni se te ocurre pensar en volver.”
Te lo voy a traducir: ‘Hijo, sé que a lo mejor piensas volver a casa, porqué esta es tu casa y la quieres mucho, igual que nosotros te queremos a ti. Pero sé que si vuelves, lo pasarás bien durante un par de meses y luego te encontrarás con los mismos problemas por los que te marchaste. Tardarías muy poco en volverte a sentir muy infeliz y descontento. Por eso te digo que mires hacía adelante y que no pienses mucho en el pasado. Nosotros ya nos apañaremos’ En serbio: ‘Ne okreci se sine’ (*).
¿Cual sería tu día ideal?
Ja, ja… Levantarse por la mañana, tomar café, ir a la piscina y luego al cine, por la noche hacer una cena para los amigos en mi casa. Y todo esto sin preocupaciones tipo papeles o dinero.
(*) Ne okreci se sine
Comentarios
Hace unas noches, esas que dan vuelta tu cabeza, recordé en menos de un minuto todas las camas y habitaciones en las que dormí desde que me fuí de mi país. Tuve una especie de risa-llanto... perdí muchas cosas me dije, pero enseguida quise ser positiva y dije, no más bien es como que deje pieles, como algunos animalitos para ser mejor, para conseguir algo que en nuestra mente parezca mejor.
La semana próxima me reencuentro con un amigo argentino que no veo hace 5 años en Barcelona, eso hoy me hace feliz.
Buen fin de semana,
has tenido una idea magnífica y de paso los que nunca cambiamos de país , salvo turismo o voluntad propia, compartimos vivencias de inmigrantes muy bien contadas...que al fin ahora son nuestros vecinos , y lo fueron y son, nuestros familiares.
besiños.
emma