Señores, ¡agárren bien sus carteras, llega la Navidad!
Yo no la soporto. Por suerte este año la pasaré lejos del Espiritu Navideño patrocinado por CorteInglés, villancicos y borrachas comidas de empresas.
Me voy a Marruecos. Los Reyes Magos han de pasar por allí, a ver si lograré a despistarles y desviarles hacía el sur, donde más se les necesita, pero nunca llegan.
En nuestra placebo-feliz-“usar y tirar” sociedad, llena de PiterPans eternos, hasta la felicidad es precoz, y dura hasta el siguiente anuncio publicitario.
Pero, como siempre, hay un lugar que se resiste. Es un sanatorio peculiar. Yo lo llamaría: el taller de la conciencia.
A continuación copio la parte de la entrevista con Juan Bolívar, dueño del "Sanatorio de muñecos", publicado hoy en el diario La Razón:
¿De dónde viene el nombre de «Sanatorio de muñecos»?
-La tienda se fundó en 1916. En aquella época el único regalo que tenían las niñas era su muñeca de Reyes y cuando se rompía lloraban. Mi abuelo decidió entonces poner un tallerpara sanar alas muñecas.
Y vosotros habéis cogido el relevo.
-Sí. Es una empresa familiary nosotros somos la tercera generación.
¿En qué consiste vuestro trabajo
-Estamos especializados en arreglar o restaurar muñecas de porcelana, de cartón piedra, el Juanín, la Mariquita Pérez... Aunque hoy en día no se aprecia tanto a las muñecas y cuando se estropean, se tiran.
¿Eso es culpa de la nueva generación de juguetes
-Últimamente nos traen alguna que otra Nancy porque han dejado de fabricarse. Pero los juguetes modernos están hechos con materiales que no se pueden reparar. Un muñeco de goma no se puede manipular. Además, las multinacionales no nos mandan repuestos de sus juguetes.
Yo no la soporto. Por suerte este año la pasaré lejos del Espiritu Navideño patrocinado por CorteInglés, villancicos y borrachas comidas de empresas.
Me voy a Marruecos. Los Reyes Magos han de pasar por allí, a ver si lograré a despistarles y desviarles hacía el sur, donde más se les necesita, pero nunca llegan.
En nuestra placebo-feliz-“usar y tirar” sociedad, llena de PiterPans eternos, hasta la felicidad es precoz, y dura hasta el siguiente anuncio publicitario.
Pero, como siempre, hay un lugar que se resiste. Es un sanatorio peculiar. Yo lo llamaría: el taller de la conciencia.
A continuación copio la parte de la entrevista con Juan Bolívar, dueño del "Sanatorio de muñecos", publicado hoy en el diario La Razón:
¿De dónde viene el nombre de «Sanatorio de muñecos»?
-La tienda se fundó en 1916. En aquella época el único regalo que tenían las niñas era su muñeca de Reyes y cuando se rompía lloraban. Mi abuelo decidió entonces poner un tallerpara sanar alas muñecas.
Y vosotros habéis cogido el relevo.
-Sí. Es una empresa familiary nosotros somos la tercera generación.
¿En qué consiste vuestro trabajo
-Estamos especializados en arreglar o restaurar muñecas de porcelana, de cartón piedra, el Juanín, la Mariquita Pérez... Aunque hoy en día no se aprecia tanto a las muñecas y cuando se estropean, se tiran.
¿Eso es culpa de la nueva generación de juguetes
-Últimamente nos traen alguna que otra Nancy porque han dejado de fabricarse. Pero los juguetes modernos están hechos con materiales que no se pueden reparar. Un muñeco de goma no se puede manipular. Además, las multinacionales no nos mandan repuestos de sus juguetes.
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Hablamos en estos días!!