El principal problema de la política son los políticos. Si no fuera por la gran atracción que tiene, - para los hombres sin mucho talento, escrúpulos y moral que la infectaron de tal límite que hoy en día alguien que se interesara por ejercerla no lo podría hacer sin tener que previamente trepar la "pirámide de los obedientes" que forma los partidos políticos -esa noble disciplina podría interesar a las personas de calidad moral e intelectual.
En la política, hoy en día, solamente llegan lejos los que saben moverse en la rígida estructura partidaria y cumplen con sus planes e intereses.
Recuerdo una conversación entre mi padre y una amiga suya sobre la situación que vivía Serbia en tiempos de Milosevic. Ambos eran muy pesimistas sobre el destino de Serbia (esto ocurría unos años antes de que fuera bombardeada por medio mundo) y ambos estaban de acuerdo de que la única solución para evitar la catástrofe era que Milosevic se vaya.
¿Pero cómo?
Milosevic tenía un potentísimo aparato político-policial que controlaba todo lo que sucedía en el país completamente aislado del resto del mundo. (Yo hasta llegue a creer que incluso controlaban las condiciones meteorológicas, pues siempre que la oposición se unía a protestar en las calles, caían rayos y relámpagos y desde aquellos tiempos le di el apodo de Próspero por el personaje de Tempestad de Shakespeare).
El único modo de tener una vida prospera era formar parte del Partido “Socialista” cuyo presidente eterno e indiscutible era Milosevic, o de JUL, el partido semicriminal el que gobernaba Mira Markovic, su mujer.
Mira es un personaje que llenaría muchos libros de historia, novela negra y psicoanálisis pero yo destacaría solamente una frase suya. En la columna que escribía para un “periódico amigo” llegó a decir: “No entiendo a los jóvenes que abandonan el país. - (se calcula que más de un millón de personas jóvenes y cualificadas abandonaron Serbia durante los 90 huyendo de las guerras y la pobreza que trajo el régimen de Milosevic y sus cómplices mundiales) y a continuación Mira, en plan Maria Antoaneta, se preguntaba: “¿Porqué no se queden aquí y sean prósperos igual que mi hijo Marko?” (Marko Milosevic llegó a terminar el instituto y hasta allí llegó su interés por la educación, desde entonces se convirtió a un prospero traficante de tabaco y uno de los jefes del mercado negro)
Para volver a donde estaba; pues el único modo de conseguir alguna prosperidad era ser cercano a los muy limitados círculos de poder que giraban al torno de la familia Milosevic y su(s) partido(s) político(s). Entonces la amiga de mi padre propuso una idea interesante. Y "¿porqué no nos inscribimos todos, o sea todo el mundo la oposición incluida, a su partido y lo empezamos cambiar por dentro?"
No creo que hubiera funcionado porque el sistema tarde o temprano se acabaría corrupiendo y otra vez los menos preocupados por el bienestar general se quedarían con el poder. Desgraciadamente es una regla aplicable a toda la humanidad.
Se presume de que los que entran en la política para llegar lejos han de tener un dossier limpio de antecedentes penales, pero me pregunto ¿cuántos se quedarían allí si fuese posible (como en la película Minority Report) conocer sus “despuescedentes”.
En la política, hoy en día, solamente llegan lejos los que saben moverse en la rígida estructura partidaria y cumplen con sus planes e intereses.
Recuerdo una conversación entre mi padre y una amiga suya sobre la situación que vivía Serbia en tiempos de Milosevic. Ambos eran muy pesimistas sobre el destino de Serbia (esto ocurría unos años antes de que fuera bombardeada por medio mundo) y ambos estaban de acuerdo de que la única solución para evitar la catástrofe era que Milosevic se vaya.
¿Pero cómo?
Milosevic tenía un potentísimo aparato político-policial que controlaba todo lo que sucedía en el país completamente aislado del resto del mundo. (Yo hasta llegue a creer que incluso controlaban las condiciones meteorológicas, pues siempre que la oposición se unía a protestar en las calles, caían rayos y relámpagos y desde aquellos tiempos le di el apodo de Próspero por el personaje de Tempestad de Shakespeare).
El único modo de tener una vida prospera era formar parte del Partido “Socialista” cuyo presidente eterno e indiscutible era Milosevic, o de JUL, el partido semicriminal el que gobernaba Mira Markovic, su mujer.
Mira es un personaje que llenaría muchos libros de historia, novela negra y psicoanálisis pero yo destacaría solamente una frase suya. En la columna que escribía para un “periódico amigo” llegó a decir: “No entiendo a los jóvenes que abandonan el país. - (se calcula que más de un millón de personas jóvenes y cualificadas abandonaron Serbia durante los 90 huyendo de las guerras y la pobreza que trajo el régimen de Milosevic y sus cómplices mundiales) y a continuación Mira, en plan Maria Antoaneta, se preguntaba: “¿Porqué no se queden aquí y sean prósperos igual que mi hijo Marko?” (Marko Milosevic llegó a terminar el instituto y hasta allí llegó su interés por la educación, desde entonces se convirtió a un prospero traficante de tabaco y uno de los jefes del mercado negro)
Para volver a donde estaba; pues el único modo de conseguir alguna prosperidad era ser cercano a los muy limitados círculos de poder que giraban al torno de la familia Milosevic y su(s) partido(s) político(s). Entonces la amiga de mi padre propuso una idea interesante. Y "¿porqué no nos inscribimos todos, o sea todo el mundo la oposición incluida, a su partido y lo empezamos cambiar por dentro?"
No creo que hubiera funcionado porque el sistema tarde o temprano se acabaría corrupiendo y otra vez los menos preocupados por el bienestar general se quedarían con el poder. Desgraciadamente es una regla aplicable a toda la humanidad.
Se presume de que los que entran en la política para llegar lejos han de tener un dossier limpio de antecedentes penales, pero me pregunto ¿cuántos se quedarían allí si fuese posible (como en la película Minority Report) conocer sus “despuescedentes”.
Comentarios
la amiga de tu padre seguía la teoría que tantas veces escuché :métete dentro, pero yo no soy capaz, y hasta una ver me regalaron una viñeta de una niña tirándole piedrecitas a un elefante.
abrazos!
emma
p.s: el post: chapeau!
así las cosas, Boris hasta pronto.
LIC. DANIELA
un abrazo