Hace un tiempo, leí sobre un onirologo francés que realizaba un estudio sobre la fase REM entre las distintas culturas humanas, desarrollando la teoría que decía que el número de parpadeos en la fase REM varía según rasa y cultura. Su investigación le llevó a proponer a un jefe de la comunidad sami del norte de Finlandia que le permitiera hacer las pruebas entre la comunidad sami para medir el número de parpadeos. Al jefe de la comunidad la propuesta le parecía una chorrada y rechazó la petición del científico.
En su próxima carta el científico cambió el hilo argumental de su carta y subrayó la importancia que tiene su investigación para el pueblo sami. Entre sus argumentos principales destacaba que los resultados podrían ser la prueba suficiente de su singularidad étnica, lo que, a su vez, sería la prueba suficiente para reclamar la autonomía territorial que formaba parte de la lucha política del jefe de la comunidad.
El jefe de la comunidad le otorgó el permiso ofreciéndole toda la ayuda posible.
Es solo un ejemplo de la incomprensible necesidad del ser humano de buscar las diferencias para controlar su grupo. Otro buen ejemplo sería la guerra civil de Croacia. Lo primero que hizo el gobierno ultra nacionalista de Franjo Tudjman, al asumir el poder en Croacia fue inventar a toda una serie de palabras absurdas para tratar de diferenciar el idioma que mi generación, y las generaciones anteriores, estudiábamos bajo el nombre croata-serbio, del idioma que desde entonces se llamaba croata. El gobierno de Tudjman, también dio entrada a una seria de nebulosas históricas (mejor dicho histéricas) entre ellas algunas sobre el origen persa del pueblo croata.
Ahora leo que en Bagdad están construyendo un muro para separar a los chitas y los sunitas. La diferencia que hay entre ellos y la que hay entre los croatas y los serbios es muy parecida. Principalmente está basada en la división de la iglesia provocada por las luchas internas que sucedieron hace muchos siglos.
En fin, para construir los muros, no hacen falta ni ladrillo, ni cemento. La estupidez y las ansias de poder son mucho más eficaces.
En su próxima carta el científico cambió el hilo argumental de su carta y subrayó la importancia que tiene su investigación para el pueblo sami. Entre sus argumentos principales destacaba que los resultados podrían ser la prueba suficiente de su singularidad étnica, lo que, a su vez, sería la prueba suficiente para reclamar la autonomía territorial que formaba parte de la lucha política del jefe de la comunidad.
El jefe de la comunidad le otorgó el permiso ofreciéndole toda la ayuda posible.
Es solo un ejemplo de la incomprensible necesidad del ser humano de buscar las diferencias para controlar su grupo. Otro buen ejemplo sería la guerra civil de Croacia. Lo primero que hizo el gobierno ultra nacionalista de Franjo Tudjman, al asumir el poder en Croacia fue inventar a toda una serie de palabras absurdas para tratar de diferenciar el idioma que mi generación, y las generaciones anteriores, estudiábamos bajo el nombre croata-serbio, del idioma que desde entonces se llamaba croata. El gobierno de Tudjman, también dio entrada a una seria de nebulosas históricas (mejor dicho histéricas) entre ellas algunas sobre el origen persa del pueblo croata.
Ahora leo que en Bagdad están construyendo un muro para separar a los chitas y los sunitas. La diferencia que hay entre ellos y la que hay entre los croatas y los serbios es muy parecida. Principalmente está basada en la división de la iglesia provocada por las luchas internas que sucedieron hace muchos siglos.
En fin, para construir los muros, no hacen falta ni ladrillo, ni cemento. La estupidez y las ansias de poder son mucho más eficaces.
Comentarios
Y también me parece increíble, la incongruencia de querer diferenciarse de los demás permaneciendo como un 'conglomerado (lease masa) diferente'. Si todos somos únicos e irrepetibles!!!
Saludos