He hecho unas cuantas traducciones en el tribunal de la Violencia sobre la mujer y he visto muchas mujeres perdonando a sus “parejas” la paliza, los insultos, las bofetadas y otro tipo de malos tratos. Sin dar más explicaciones, esas mujeres decidían no declarar contra los que las pegaron, insultaron, amenazaron y maltrataron, y a mí me daba la sensación de que, más que miedo de los maltratadores, ellas tenían miedo de vivir solas. Aunque su pareja sea el peor hijo de puta, la muy baja autoestima les hacía creer que eso había sido un caso aislado y que no volvería a suceder o que “Mi marido me pega lo normal”, como decía el título de un libro que trata el tema. La cultura machista&la religión han conseguido hacer que la mujer sea vista como un aparato electrodoméstico con capacidad reproductiva. Y, ¿qué es lo primero que hace alguien que no sabe nada de los electrodomésticos cuando le parece que ese no funciona bien? ¡Le pega! Debe ser el cromosoma que nos falta a los hombres lo que nos hace creer que la violencia es como un tipo de metacura o un recurso “que nunca falla”.
Se ha hablado muchísimo del tema de la violencia de género y por primera vez veo una propuesta esperanzadora. Leo en El País la declaración de la fiscal de sala para la Violencia contra la Mujer, Soledad Cazorla, que decía: “Una ley por sí sola no cambia el fenómeno de la violencia de género", por lo que considera más importante "educar en valores de igualdad de género” desde la niñez, aunque también reconoce que eso “va a llevar tiempo" pues la sociedad lleva arrastrando el fenómeno de la discriminación de sexos "toda la vida".
La mejor cosa de la antigua Yugoslavia, sin duda, ha sido la educación. Recuerdo que en el octavo grado de la primaria teníamos una asignatura obligatoria llamada “Domaćinsto” (el hogar). Allí, los chavales y chavalas de unos doce, trece años aprendíamos a cocinar, cocer, limpiar, comprar, y otras cosas más que por la mala interpretación de los libros sagrados se suponen ser “cosas de mujeres”. No es que a los chavales atontados por la pubertad nos hiciera mucha gracia hacerlo pero, gracias a ello, si un día me caso no será por la necesidad de tener un electrodoméstico con capacidad reproductiva.
¡Viva la emancipación!
Se ha hablado muchísimo del tema de la violencia de género y por primera vez veo una propuesta esperanzadora. Leo en El País la declaración de la fiscal de sala para la Violencia contra la Mujer, Soledad Cazorla, que decía: “Una ley por sí sola no cambia el fenómeno de la violencia de género", por lo que considera más importante "educar en valores de igualdad de género” desde la niñez, aunque también reconoce que eso “va a llevar tiempo" pues la sociedad lleva arrastrando el fenómeno de la discriminación de sexos "toda la vida".
La mejor cosa de la antigua Yugoslavia, sin duda, ha sido la educación. Recuerdo que en el octavo grado de la primaria teníamos una asignatura obligatoria llamada “Domaćinsto” (el hogar). Allí, los chavales y chavalas de unos doce, trece años aprendíamos a cocinar, cocer, limpiar, comprar, y otras cosas más que por la mala interpretación de los libros sagrados se suponen ser “cosas de mujeres”. No es que a los chavales atontados por la pubertad nos hiciera mucha gracia hacerlo pero, gracias a ello, si un día me caso no será por la necesidad de tener un electrodoméstico con capacidad reproductiva.
¡Viva la emancipación!
Comentarios
Menuda herencia nos han dejado algunos filósofos para la conciencia universal del hombre.
Muy bueno tu artículo. Me gusta tu humanidad y tu sensibilidad.
Hasta pronto, amigo.
Por eso prefiero ser libertario a liberal, aunque no sé si lo consigo, por lo menos, la intención la tengo.
Saludos.
Bueno, quería decir "educación emocional y en valores" para ver si mejoramos el sentimiento humano y somos capaces de conseguir una sociedad de seres que no se vayan autodestruyendo y destruyendo todo lo que encuentran a su alrededor. Porque lo que hay hoy en día promete poco.
En fin, tal vez poco a poco...
Un abrazo
No conozco mujeres maltratadas, pero conozco algunas que prefieren tener la "foto" (marido, casa, niños y perro) a vivir la vida que quieren. Y viven eso creyendo que es lo mejor, lo que toca o lo que deben hacer.
No sé si en la educación de la igualdad se pasará esto, creo que más bien deberíamos detectar a aquellas personas (hombras o mujeres) que solo saben solucionar las cosas con violencia verbal... que solo saben imponer...
No sé, realmente la solución no parece clara.
Saludos