Emilie Blumgren. Suecia. Estudiante. Dos años en España.
“El hecho de que hay dos culturas y dos lenguas es lo que más me atraía venir aquí en Barcelona. Pero no me imaginaba que iba ser tan marcada la diferencia, y tan fuerte la identidad catalana.”
“No tengo mucho contacto con los catalanes. La mayoría de mis amigos son “guíris”. En el bar donde trabajo si que conozco algunos catalanes, y les gusta que me interesan las cosas de aquí, y que estoy aprendiendo el catalán. Pero no tengo amigos íntimos catalanes.”
"Me sorprende muchísimo cuando vea que hay gente que llevan cinco años aquí y no han aprendido hablar el castellano. Muchos vienen y crean su propio mundo aquí. Siguen viviendo como vivían en Inglaterra, Francia o Suecia. Sobre todo los suecos. Vienen aquí con el dinero de Suecia y flipan con lo barato que es todo.”
“La palabra "guiri" la percibo peyorativamente pero todo el mundo la esta utilizando desde los mismos "guiris" hasta los catalanes. Se utiliza muy fácilmente.”
“Yo sé que soy un poco como la extranjera de lujo y que mi “extranjeridad” me trae algunas ventajas, como por ejemplo fue a la hora de buscar piso. Cuando fui a una agencia inmobiliaria el simple hecho de ser sueca ha sido como cien puntos plus. Incluso la mujer de la agencia intentaba ser como “políticamente correcta” y me decía que antes tenían un hombre marroquí en un piso alquilado pero que “Es de una cultura diferente, y ya sabes” me decía esperando que yo entendiera lo que quería decir.”
“No sé si se podría decir que hay mucho racismo aquí. Creo que más que racismo es una otra forma de ver las cosas. Yo vengo de un país donde todo el mundo esta en lo de “políticamente correcto” y siempre de ver a una persona extranjera se crea como una sensación “¡ahh! es una victima! Es una persona que tenemos que ayudar”. Pero, aquí en solo veinte o treinta años se está intentando hacer un trabajo que a nosotros nos costó cien años.”
“Yo he tenido más miedo andando por las calles en Suecia, porque hay este racismo escondido. Por ejemplo la gente que dice “no soy racista pero esta gente podría volver a su país”. Allí hay ghetos y mucha gente con rabia y el hecho de que soy una chica rubia me puede causar problema.”
“El hecho de que hay dos culturas y dos lenguas es lo que más me atraía venir aquí en Barcelona. Pero no me imaginaba que iba ser tan marcada la diferencia, y tan fuerte la identidad catalana.”
“No tengo mucho contacto con los catalanes. La mayoría de mis amigos son “guíris”. En el bar donde trabajo si que conozco algunos catalanes, y les gusta que me interesan las cosas de aquí, y que estoy aprendiendo el catalán. Pero no tengo amigos íntimos catalanes.”
"Me sorprende muchísimo cuando vea que hay gente que llevan cinco años aquí y no han aprendido hablar el castellano. Muchos vienen y crean su propio mundo aquí. Siguen viviendo como vivían en Inglaterra, Francia o Suecia. Sobre todo los suecos. Vienen aquí con el dinero de Suecia y flipan con lo barato que es todo.”
“La palabra "guiri" la percibo peyorativamente pero todo el mundo la esta utilizando desde los mismos "guiris" hasta los catalanes. Se utiliza muy fácilmente.”
“Yo sé que soy un poco como la extranjera de lujo y que mi “extranjeridad” me trae algunas ventajas, como por ejemplo fue a la hora de buscar piso. Cuando fui a una agencia inmobiliaria el simple hecho de ser sueca ha sido como cien puntos plus. Incluso la mujer de la agencia intentaba ser como “políticamente correcta” y me decía que antes tenían un hombre marroquí en un piso alquilado pero que “Es de una cultura diferente, y ya sabes” me decía esperando que yo entendiera lo que quería decir.”
“No sé si se podría decir que hay mucho racismo aquí. Creo que más que racismo es una otra forma de ver las cosas. Yo vengo de un país donde todo el mundo esta en lo de “políticamente correcto” y siempre de ver a una persona extranjera se crea como una sensación “¡ahh! es una victima! Es una persona que tenemos que ayudar”. Pero, aquí en solo veinte o treinta años se está intentando hacer un trabajo que a nosotros nos costó cien años.”
“Yo he tenido más miedo andando por las calles en Suecia, porque hay este racismo escondido. Por ejemplo la gente que dice “no soy racista pero esta gente podría volver a su país”. Allí hay ghetos y mucha gente con rabia y el hecho de que soy una chica rubia me puede causar problema.”
Comentarios
Un abrazo, periodista!
es muy interesante lo q estás haciendo con estas recopilaciones.
besos
besos