El otro día escribí un comentario en http://willysifones.blogspot.com/ sobre el alto al fuego de ETA y Willy me pidió que hiciera una reflexión sobre cómo la he vivido yo siendo de fuera.
Sólo he estado una vez en el País Vasco, en Bilbao, visitando a dos amigos míos, Goga y Gojko. Ellos, como yo, han sido refugiados antes de “hacerse” inmigrantes en España. Al llegar aquí, a los tres nos tocó vivir precisamente en las comunidades que más noticias políticas están produciendo. A ninguno de los tres nos hace mucha gracia. Nosotros nos hemos convertido en “apátridas” por culpa la incapacidad de la elite política del ex conjunto yugoslavo para ser seres responsables.
Personalmente, le echo casi toda la culpa a la generación de mis padres porque a la hora de actuar les pareció que las cosas se iban arreglar por si mismas y que mañana sería un nuevo día. El silencio despertó el miedo.
El nuevo día llegó pero lo hizo con una tormenta cuya fuerza pocos supieron ver por adelantado. El único fin de la actuación común era la destrucción. Cuando todo se calmó ya sólo quedaba intentar paliar los daños y hacer números. Durante muchos años mi país estuvo generando noticias continuamente. También creaba muchas sensaciones, emociones y opiniones. Observándonos, “la aldea global” pudo ver cómo no hay que resolver los problemas comunes. Ya es algo.
Vi “La pelota vasca” por primera vez en Bilbao y no la entendí. “Claro”, dijo Igor, el marido vasco de Goga. “Es difícil de entender si no conoces bien el pasado y la ideología de los participantes”, añadió al final. Realmente es así. Los únicos protagonistas del “problema vasco” que conozco medianamente no viven en el País Vasco; son los representantes de los grandes partidos políticos españoles. A los representantes del País Vasco les veo muy poco o en los tribunales. Todo esto está creando mucho ruido que no creo que ayude a dialogar.
Para resolver un problema entre dos partes, cada una de ellas tiene que ver primero por qué es un problema para la otra. Para terminar voy poner la famosa frase que escribí hace algún tiempo:
"Tenemos dos orejas y una sola boca, justamente porque debemos escuchar más y hablar menos.” – Zenón, III d.C
Sólo he estado una vez en el País Vasco, en Bilbao, visitando a dos amigos míos, Goga y Gojko. Ellos, como yo, han sido refugiados antes de “hacerse” inmigrantes en España. Al llegar aquí, a los tres nos tocó vivir precisamente en las comunidades que más noticias políticas están produciendo. A ninguno de los tres nos hace mucha gracia. Nosotros nos hemos convertido en “apátridas” por culpa la incapacidad de la elite política del ex conjunto yugoslavo para ser seres responsables.
Personalmente, le echo casi toda la culpa a la generación de mis padres porque a la hora de actuar les pareció que las cosas se iban arreglar por si mismas y que mañana sería un nuevo día. El silencio despertó el miedo.
El nuevo día llegó pero lo hizo con una tormenta cuya fuerza pocos supieron ver por adelantado. El único fin de la actuación común era la destrucción. Cuando todo se calmó ya sólo quedaba intentar paliar los daños y hacer números.
Vi “La pelota vasca” por primera vez en Bilbao y no la entendí. “Claro”, dijo Igor, el marido vasco de Goga. “Es difícil de entender si no conoces bien el pasado y la ideología de los participantes”, añadió al final. Realmente es así. Los únicos protagonistas del “problema vasco” que conozco medianamente no viven en el País Vasco; son los representantes de los grandes partidos políticos españoles. A los representantes del País Vasco les veo muy poco o en los tribunales. Todo esto está creando mucho ruido que no creo que ayude a dialogar.
Para resolver un problema entre dos partes, cada una de ellas tiene que ver primero por qué es un problema para la otra.
"Tenemos dos orejas y una sola boca, justamente porque debemos escuchar más y hablar menos.” – Zenón, III d.C
Comentarios
que bien lo dices.
es un ruido infernal, es además una forma de asustar ( a los jubilados consumidores de noticias, por ejemplo)
un abrazo.
siloam
La falta de empatía, ponerse en el lugar del otro... Ese es el problema original
realmente lo que me parece más inquietante es la base social de eta, como si se hubieran juntado unos cuantos miles de borreguillos capaces de seguir ciegamente a un puñado de salvadores de al patria; aunque ésto es bastante habitual en la historia de la humanidad
gracias, boris