Ha llegado la hora de poner el punto al final de un principio. Me voy de Lisboa sabiendo que tengo que volver (para poder volver primero me tendré que ir, lógico :).
En fin, es aquí donde he encontrado la Atlántida. En una plaza entre cuatro bancos de piedra y el calor de sus sombras amarillas. Solo tuve que cerrar los ojos para verla y no se parecía a nada de lo que me había imaginado. No está hecha de deseos, sino de instintos. Del momento. De los reflejos de la puesta del sol que el Tajo lleva al Atlántico.
Dejo Lisboa pero me llevo un botín bien rico. Todo un nuevo registro de sonidos, de colores, de sensaciones y emociones.
Obrigado e Saudade
En fin, es aquí donde he encontrado la Atlántida. En una plaza entre cuatro bancos de piedra y el calor de sus sombras amarillas. Solo tuve que cerrar los ojos para verla y no se parecía a nada de lo que me había imaginado. No está hecha de deseos, sino de instintos. Del momento. De los reflejos de la puesta del sol que el Tajo lleva al Atlántico.
Dejo Lisboa pero me llevo un botín bien rico. Todo un nuevo registro de sonidos, de colores, de sensaciones y emociones.
Obrigado e Saudade
Comentarios
Espero ansioso tus historias y pinceladas sobre Lisboa.
besiños.