Me hizo mucha ilusión recibir la foto que acompaña este post. Me la enviaron de la Plataforma Editorial y muestra Cuenta siempre contigo , mi libro, destacado en la librería de la estación de Sants en Barcelona. Es allí donde bajé del tren a finales de abril de 2002 y donde empezó la bonita aventura que fueron los años vividos en España. Fue en Barcelona donde empecé a poner en orden mis recuerdos y buscar sentido a lo sucedido. En fin, es donde me convertí en el editor de mi propia vida. Donde empecé a contar conmigo. El nombre de la estación. “Sants” me daba buenas vibraciones. ¿Qué mejor que los santos para saludar y darle la bienvenida a un viajero cansado que se había cruzado media Europa? Aquella noche, al llegar a Sants, tenía una maleta, algo menos de mil euros y un Sí, el poema de Rudyard Kipling escrito en un papel. Me lo había dejado anotado Tanja, mi Preciosa Bruja de Dorćol. Con este himno estoico empezó mis odiseas ibéricas. Me lo dejó escrito en u...
Diario de un emigrante balcánico en la Península Ibérica
Comentarios
Y yo digo, no se podrian instalar sistemas productivos en sus paises para que no tengan que emigrar y puedan tener una vida digna en sus paises???
Pero no, por lo visto interesa mas a los paises ricos subsidiando por ejemplo productos agricolas como el azucar. Producir con ello la caida de los precios en el mercado y hacer que miles de trabajadores del campo de los paises pobres tengan que emigrar a los paises ricos para trabajar en lo mismo que trabajaban en sus paises, cortar ca�a de azucar.
Hay demasiados intereses para que los paises pobres no salgan de su pobreza.
Un saludo.