Hace unas semanas estuve enfermo con anginas y me dieron la baja laboral durante una semana. En principio, lo de estar en casa y reposar me ha sentado bien, sobre todo porque por primera vez he tenido derecho a coger la baja. Hasta conseguir los papeles era diferente, si me enfermaba no cobraba. Y además tenía que tener en cuenta que la duración de mi enfermedad influía directamente sobre mi futuro laboral, ya que mis puestos de trabajo solían ser muy inciertos.
Ahora, como ya soy legal, me quedé en casa todo relajado curándome tranquilamente, pero con una sensación extraña al pensar que iba a cobrar por los días que no curraba. Pero iba a ser que no.
Cuando fui al banco noté que faltaban más de cien euros de mi nómina. Pensé que habría alguna equivocación pero después me enteré de que por las bajas “leves” como la gripe, anginas, resfriados y otras enfermedades que tardan poco tiempo en curarse te quitan una parte de la nómina.
Así que he decidido que si pillo la gripe voy a ir a trabajar todo mocoso, con tos y los ojos como huevos. Y entonces, cuando algún cliente sentado tranquilamente en su mesa me pregunte “¿Hoy qué tenéis?”, le contestaré:
-¡Tenemos gripe, señor!
Comentarios
todavía no he comido nada hoy. pero paso de gallego.