Aún recuerdo el día en que uno de mis jefes me preguntó cuándo tenía Vacaciones “¿Vacaciones?”, pregunté sorprendido. “No tengo”. Es imposible tenerlas. No sé si existe alguna oficina de estadística que registre este dato, pero creo que para un emigrante es imposible hacer vacaciones por lo menosdurante sus primeros cinco años como tal. Imagino que los viajes, siempre arriesgados, al país natal no se consideran como vacaciones. Encima no sabes si podrás volver y si vuelvas con que te encontrarás. Irse de vacaciones con unos cuantos planes alternativos para la vuelta no es exactamente relajante.
No sé cómo se podrían considerar como vacaciones si lo que allí te espera es la burocracia doméstica. Pero lo peor no es la burocracia en sí, sino que te toque un burócrata compatriota que desea irse a un país lejano y probar la vida como emigrante pero nunca se ha atrevido a hacerlo y ahora, celoso y reprimido, se pasa la vida jodiendo a los demás. Los demás son los desesperados que no han tenido la suerte de nacer en un país “normal” y se pasan media vida entre párrafos, leyes y funcionarios que parecen ser los únicos que entienden esa especie de libro secreto en el que se interpreta lo que tienes que hacer para convertirte en legal. Nunca intentes interpretarlo tú mismo porque no funcionará. Si lo haces, te encontrarás con que has herido el honor de un burócrata que te dirá “pero Usted no tiene el formulario UV 45, otorgado por la oficina de comercio libre entre países del Benelux”. “Pero, señora, yo estoy tramitando en España. ¿Qué tiene que ver España con los países del Benelux?”
“No, no, lo siento, pero Usted debería informarse antes. ¡Siguiente!”
Es que son unos bichos muy sensibles y hay que tratarles como si fuesen niños en el colegio jugando a ser adultos. No vale enfadarse o perder los nervios. No es culpa suya que te falte el UV 45, ambos estáis de acuerdo en que el UV 45 no sirve para nada y que es solo una de las tonterías que te piden.
La cosa cambia. ¡Este año me tocan mis primeras vacaciones “legales”! Puedo ir y volver sin tener que pensar en algún plan alternativo.
No sé cómo se podrían considerar como vacaciones si lo que allí te espera es la burocracia doméstica. Pero lo peor no es la burocracia en sí, sino que te toque un burócrata compatriota que desea irse a un país lejano y probar la vida como emigrante pero nunca se ha atrevido a hacerlo y ahora, celoso y reprimido, se pasa la vida jodiendo a los demás. Los demás son los desesperados que no han tenido la suerte de nacer en un país “normal” y se pasan media vida entre párrafos, leyes y funcionarios que parecen ser los únicos que entienden esa especie de libro secreto en el que se interpreta lo que tienes que hacer para convertirte en legal. Nunca intentes interpretarlo tú mismo porque no funcionará. Si lo haces, te encontrarás con que has herido el honor de un burócrata que te dirá “pero Usted no tiene el formulario UV 45, otorgado por la oficina de comercio libre entre países del Benelux”. “Pero, señora, yo estoy tramitando en España. ¿Qué tiene que ver España con los países del Benelux?”
“No, no, lo siento, pero Usted debería informarse antes. ¡Siguiente!”
Es que son unos bichos muy sensibles y hay que tratarles como si fuesen niños en el colegio jugando a ser adultos. No vale enfadarse o perder los nervios. No es culpa suya que te falte el UV 45, ambos estáis de acuerdo en que el UV 45 no sirve para nada y que es solo una de las tonterías que te piden.
La cosa cambia. ¡Este año me tocan mis primeras vacaciones “legales”! Puedo ir y volver sin tener que pensar en algún plan alternativo.
Comentarios
Salud y felices vacaciones "legales".