Ahora que todo está listo para
despedirlo, conviene hacer un breve repaso del año 2014,… pero no me sale de
todo como lo esperaba. Los números me dicen que no fue un buen año, pero echando
la vista atrás solamente me aparecen imágenes de ilusión y felicidad. Además mi relación con los números nunca fue muy íntima. He acertado muchos errores, he errado muchas certezas,... en fin, mientras esté para contarlo, el saldo es posítivo.
Mis padres que vinieron a visitarme
en Barcelona por primera vez (es una larga historia explicar por qué no lo
hicieron en los pasados 12 años), viajes a Suecia para disfrutar de este país
maravilloso con mi familia adoptiva, y de vuelta a recoger a Diego y disfrutar
de unos paseos largos por el Montalt, las fiestas entre amigos, de siempre y nuevos... risas; amalgama de tristezas,… estas y muchas otras imágenes se van sucediendo mientras
pienso en mi Carta de Reyes y aquí va:
Para el año que viene pido la inspiración,
ilusión, salud y voluntad.
Con lo que ya tengo “de fábrica” me
bastará para hacer del 2015 un Gran Año.
Queridos amigos, os deseo a todos
un muy Feliz y Próspero Año Nuevo y que pasando de las campañas navideñas,
zapeando entre los anuncios, esquivando los repartidores de propaganda
callejera, vaciando el buzón de SPAM,…. penséis “Gracias por recordarme de que lo
que es realmente bueno de esta vida no se compra”.
De aquí a un año, en cuántos recuerdos de tus más queridos estuviste y te quedaste, es lo que dirá el año que tuviste.
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