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ComunitariYo



¡Qué país!
Una mudanza, a parte de tiempo y fuerzas, consume mucho dinero. Para paliarlo Cecilia y yo decidimos optar por algo que raras veces hago; pedir la financiación. En concreto era para una nueva nevera. Llegamos a la tienda miramos varias y escogimos una que más se ajustaba al precio-calidad que Cecilia y yo teníamos en mente.
Tras explicarnos todos los detalles y prestaciones técnicas el comercial nos excplicó que había posibilidad de pagar a 3, 10 y “doce cómodos plazos” repetía el hombre autómata, cada una con su correspondiente relación en intereses. Tras ello nos explicó que necesitaríamos ser clientes de la Caixa (por algún motivo lo mismo pidieron en otras tiendas), o en el caso contrario había que presentar: última nómina, número de cuenta, un recibo domiciliado asociado a la cuenta y el carné de identidad español.
Me parecía muy lógica toda la información solicitada y como para el alquiler del piso tenía que presentar mucha información le dije que se lo podía enviar todo ahora mismo por e-mail y así agilizar el trámite. Así lo hice y de paso le entregué los documentos de identidad expedidos por el Reino de España. (A quien le interesa, en los archivos de este blog está todo el timeline del proceso que me llevó por distintas fases administrativas y sus consecuencias.)
El hombre estaba contento, nosotros estábamos contentos,… en fin, era una imagen idílica de la clase media caucasio-europea saliendo de la recesión económico-financiera (lástima que ya no hacen el Nodo).
Pero entonces la imagen se quedó parrada y empezó a oscurecer pasando a sepia.
-          Ehhhh, perdona señor  esto no nos sirve. ¿No tiene usted otro carné  de identidad?
-          ¿Cómo que otro? Es el único que me dieron.
-          Sí pero, este es el carné comunitario y necesitamos uno español.
-          Perdona no le entiendo.
-          Ehhhh, a ver, para poder solicitar la financiación necesita presentar un documento de identidad español.
-          Es este. – decía yo enseñando el carné comunitario recientemente expedido por el Ministerio de Interiores de España a mi nombre y con mi número NIE.
-          No. Lo siento señor, con esto no podemos a pedir la financiación.
Al instante me pasaron las imágenes de otros absurdos parecidos (Algunos ejemplos: El sello de la entrada 1, 2, 3, Es la X,… ) y sinceramente pensé que me estaba tomando el pelo y que en cualquier momento me lo diría. Pero no. El hombre lo decía en serio.
Hace unos dos meses me tocó renovar mi tarjeta de residencia (desde ya  un tiempo tengo la permanente) y cuando había presentado todo el papeleo que había descargado de internet con la gran asistencia de Sasha, una gran amiga y compañera navegante forjada en los mares de absurdos de las burocracia española, me enteré que de hecho no tenía que  hacerlo.
Desde el año pasado Croacia es miembro de la Unión Europea, convirtiéndome automáticamente a mí en un “comunitario”. No tenía que hacer cola, ni llevar millones de papeles ni sellos. Ni esperar meses hasta que estuviera listo. Solamente tenía que pagar la tasa y el día siguiente recoger el papelito verde que ponía “comunitario”.
Vaya. Parecía que los dioses por fin se pusieron de mi lado y me dejaron entrar en el paraíso administrativo. Se acabaron los madrugones para estar entre los primeros en la fila para coger el turno y poder presentar la solicitud, se acabaron los permisos de retorno, y otras paridas. ¡Por fin!
- Pensé que siendo europeo las cosas tendrían que ser más sencillas” me dijo Cecilia.
- Yo también - dije pero era evidente que no, que los absurdos administrativos son mi cruz y que mis Ulises no iban a terminar con un carné verde.
Sinceramente no sé cuál será el motivo. Pero sigue el mismo patrón que desde hace casi ya 10 años  me hace teclear este blog. (Permiso de resistencia, Quiero ser como Mesi, Cita previa, Quizás)  
Pero permítanme plantearlo desde el otro matiz. Uno nuevo que te lo planteo aquí, querido lector.
Un país cuya elite política no deja de verse involucrada en todo tipo de estafas y escándalos. Un país cuyo sistemas financiero  tras haber hundido el bienestar social ha tenido que ser saneado con centenares de miles de millones de euros, y ahora que declara tener más de cincuenta mil millones de sobra dice no esperar una reactivación rápida de crédito. Un país cuyos trabajadores son entre los tres últimos de toda la UE, en términos de calidad de vida. Un país que encabeza el fracaso escolar y el paro juvenil,…
Un país como este ¿es realmente “comunitario”?
Y si lo es ¿qué tipo de comunidad es esta?

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