Al ver las calles de Barcelona como estaban ayer me llenó de tristeza. Nada justifica la violencia. Venga del lado que venga.
Es cierto que el Estado se está desatendiendo de todas las responsabilidades, salvo los mecanismos de penalización y castigo. Pero es igual de cierto, que la Sociedad sigue siendo la principal responsable del modelo de Estado que tenemos.
Los tiempos de Prometeo, dominados por la obsesión por la Producción y Revolución, como lo define Gyl Lipovetsky, han terminado y nos encontramos plenamente en la era dominada por Narciso y la obsesión por la Información y Expresión. Y que mejor arma de luchar en estos tiempos que usar los medios que crean la Información y Expresión.
Usar los medios que están al alcance de casi todo el mundo para buscar las soluciones que movilizan y convierten las calles en espacio Público abierto al dialogo, debate y creatividad. Una Expresión genuina que transforma los monólogos inconexos en diálogos constructivos. Un Movimiento que asimila las diferencias en la expresión de Arte, Evolución y Conciencia, de una Humanidad que nunca ha estado tan conectada.
Si el fundador de la civilización fue el primer humano que insultó a su enemigo en lugar de tirarle una pierda, según decía Freud. El primer humano que le sacó una sonrisa a su enemigo, fue el fundador del Arte.
Necesitamos más Arte que nunca. Necesitamos gente que conecta lo racional con lo irracional. Gente capaz de crear estados de coherencia cardiaca, un pulso único que nos sincronizara dentro del tiempo de una conciencia única, creadora y transformadora.
Necesitamos más Artivismo.
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