Ir al contenido principal

Trucos turcos


Según un dicho popular turco, si tu hijo es malo para los negocios, entonces lo debes enviar a la universidad.
Acabo de volver de Estambul y me parece que en una semana no he visto ni un solo “universitario”. Todo el mundo con el que he mantenido algún tipo de comunicación (tanto verbal como no verbal) ha intentado venderme algo, y siempre por un valor orientativo y opcional, igual que su relación con los señales de tráfico.
Pero, una vez te acostumbres a que no haya facturas, que tu sombra te hable en turco y regatee constantemente, te enamoras de la ciudad, porque la verdad es que es extraordinariamente bonita e interactiva.
Estar en una ciudad que absorbe tanta historia es una sensación de estar fuera de tiempo, y al sentarse en cualquier lugar para contemplarla, el bullicio de doce millones de almas en constante movimiento, se descompone en un silencio acogedor que palpita al ritmo del Mar.
Aunque ésta fue mi primera vez en Turquía, muchas cosas me parecían familiares. Tras la experiencia de las comidas, la arquitectura, algunas palabras, el tomarte tu tiempo y las relaciones de poder y con el poder, entiendo mucho mejor porque los Balcanes son como son. En una buena parte, todo esto es también nuestra herencia y aunque históricamente el papel del Imperio Otomano no fue nada positivo para mis tierras, debo reconocer que senti un gran respeto y que experimente un intenso vínculo con su tradición.
No conozco muy bien la actualidad de Turquía, pero por lo que conozco, y por lo que pude observar en tan poco tiempo, me parece ser un país/estado que integra muy bien la dualidad entre el Islam como religión/orientación política y las aspiraciones europeas. Los hilos del tejido social turco son de velo y mini faldas, de té y cócteles, de barbas largas y gelatina, y parece ser que la opción política gobernante sabe bien manejar las tensiones internas para evitar que el tejido se descociera.
En fin, es otro de los destinos que marco con un “espero poder volver pronto”. Les deseo toda la suerte del mundo en su camino hacía Europa, y creo que llegarían antes si tuvieran algunas cajas registradoras.

Comentarios

Diana ha dicho que…
me ha encantado, y espero poder ir yo también! un abrazo como los que hacen los sufis.

Entradas populares de este blog

Nueva web

Queridos amigos, He estrenado mi página web personal donde podéis conocer más cosas que hago y leer nuevos posts. Nos vemos en www.borismatijas.com 

Adiós a Los Papeles de Boris

Me hizo mucha ilusión recibir la foto que acompaña este post. Me la enviaron de la Plataforma Editorial y muestra Cuenta siempre contigo , mi libro, destacado en la librería de la estación de Sants en Barcelona. Es allí donde bajé del tren a finales de abril de 2002 y donde empezó la bonita aventura que fueron los años vividos en España. Fue en Barcelona donde empecé a poner en orden mis recuerdos y buscar sentido a lo sucedido. En fin, es donde me convertí en el editor de mi propia vida. Donde empecé a contar conmigo.  El nombre de la estación. “Sants” me daba buenas vibraciones. ¿Qué mejor que los santos para saludar y darle la bienvenida a un viajero cansado que se había cruzado media Europa? Aquella noche, al llegar a Sants, tenía una maleta, algo menos de mil euros y un Sí, el poema de Rudyard Kipling escrito en un papel. Me lo había dejado anotado Tanja, mi Preciosa Bruja de Dorćol. Con este himno estoico empezó mis odiseas ibéricas. Me lo dejó escrito en u...

Pase lo que pase

El 2016 se acaba. Ha sido un año emocionante. Al nivel global hemos vivido muchos cambios que seguramente harán que el 2017 también lo será. Ojalá, las cosas mejoren, pero no soy muy optimista. El mundo grande asusta cada vez más y se alimenta del miedo que genera. Lo que me inspira el optimismo es la fe en los mundos pequeños. En los mundos que no sigan el juego del miedo viral.    Al nivel personal, he vivido el año muy importante. Ha sido el inicio de un nuevo ciclo vital. Me he mudado a Suecia. Me he casado (dos veces :-) ). He publicado mi primer libro. He ganado el premio Feel Good. Murió mi padre. Es mucho que digerir, pero ahora tengo herramientas que no tenía cuando llegué a Barcelona , en 2002. Ahora ya no veo bendiciones o desgracias. Problemas o oportunidades. Veo material literario y cuento conmigo. No tengo ni la menor idea que futuro voy a tener. Pero seguiré creyendo que, aunque no resulta nada fácil, ayuda confiar que de todas las circunstanci...