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La calva del viento quieto

Perseguidos por los sueños, los días corrían tras el futuro...

- Todos queremos algo -, sopló el árbol en la oreja del viento que descansaba en una de sus ramas, quieto como la luz negra.
- ¿Y tú, qué quieres? -, preguntó el viento.
- Quiero volar -, dijo el árbol.
- ¿Y donde irías? -, seguía el viento.
- ¡¿Cómo iba a saberlo!?, si nunca he volado. -, respondió el árbol con la voz muy tensa.
- ¡Ves! No todos deben volar -, soltó el viento.
- ¡Fuera de mi rama! -, gritó el árbol furioso, sacudiendo el copo, haciendo volar el viento.
- Sí. Todos quieren algo, pero son pocos los que saben por qué lo quieren -, dijo sorprendido el viento y lleno de hojas que se llevó del árbol, añadió: "Pensándolo tanto, al final se quedan calvos".

Comentarios

JLuis ha dicho que…
Y solo cuando se consigue satisfacer el deseo nos damos cuenta de que, lo importante no era objeto de dicho anhelo, si el acto de "quererlo".

... y, tal como dices, al final todos calvos, y en los huesos.

Un abzo
Boris Matijas ha dicho que…
eso es, pero lo peor es la ira
un abrazo
Anónimo ha dicho que…
Jaja que bonito, aunque me sentí más reflejada en el copo...
Boris Matijas ha dicho que…
gracias Gise, yo creo que en lo que mejor me sentiría reflejado son las hojas