- ,…y compramos un tractor.
- ¿Cuanto vale?
- No sé. Unos cien mil.
- ¡Anda tío! ¡¿Tanto!?
- Sí. Pero es muy fácil rentabilizarlo.
- Hombre, lo único que se me ocurre es arar la Barceloneta.
- ¿Y eso?
- Pues mira todos conocemos el problema de la sequía que hay. Pues, aramos la playa y sembramos patatas. Luego lo regamos con el agua del mar y ya está. Tenemos las patatas ya saladas y solo faltará freírlas para tener las patatas fritas.
- ¡Jo, que bien! A lo mejor el tractor podrá al mismo tiempo freírlas.
- Me gusta cómo piensas.
- ¿Cuanto vale?
- No sé. Unos cien mil.
- ¡Anda tío! ¡¿Tanto!?
- Sí. Pero es muy fácil rentabilizarlo.
- Hombre, lo único que se me ocurre es arar la Barceloneta.
- ¿Y eso?
- Pues mira todos conocemos el problema de la sequía que hay. Pues, aramos la playa y sembramos patatas. Luego lo regamos con el agua del mar y ya está. Tenemos las patatas ya saladas y solo faltará freírlas para tener las patatas fritas.
- ¡Jo, que bien! A lo mejor el tractor podrá al mismo tiempo freírlas.
- Me gusta cómo piensas.
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