Un corazón descalzo en el desierto de rosas, corre hacía el manantial de las mañanas verdes, que nace detrás de las colinas donde las sombras de los arboles echaron raíces para que el viento no les llevara.
Una mirada vuelve de allí.
- ¿Cómo es?-, la pregunta el corazón descalzo.
- ¿Eres ciego?
- Sí.
- Ven. Te acompaño - le dice la mirada.
El día dio otra vuelta más, y se acabó.
Una mirada vuelve de allí.
- ¿Cómo es?-, la pregunta el corazón descalzo.
- ¿Eres ciego?
- Sí.
- Ven. Te acompaño - le dice la mirada.
El día dio otra vuelta más, y se acabó.
Comentarios
me alegra que te haya gustado mi blog. Acaba de ver el tuyo y me ha gustado. enhorabuena. mucho trabajo!?
te pondré entre los enlaces
un abrazo
Boris