Mientras esperaba en el pasillo de los juzgados para bajar a los calabozos y notificar la sentencia a un detenido cuya declaración traducía, hablaba con Buba, un compañero interprete de Senegal. Buba habla 8 idiomas, lleva 12 años en Barcelona y me cuenta:
- Yo llegué con un contrato a España. Soy sastre profesional y decidí venir aquí cuando una empresa de Girona me hizo oferta de trabajo. Entonces todo era muy diferente. No había tanta gente de fuera. Desde entonces ha cambiado todo.
- Y, ¿qué te parece toda esta gente que intenta llegar en cayucos?
- Es muy triste. Son gente desesperada y muchos sacan provecho de ellos. Aquí están pasando el hambre, duermen en la calle y para ganar algo de dinero se meten en líos. En África estarían mejor. Allí por lo menos hay solidaridad entre la gente. Aunque no hay dinero la comida nunca te va a faltar, y sí no tienes nada para comer seguro que alguien te invitará. Pero estos chavales (que llegan en cayucos) no vienen aquí por el hambre, vienen por el lujo. Quieren triunfar, ser como Eto’o. Tener coches, casas, mujeres… Pero, cuando llegan aquí ven que no van a tener nada de esto, y ahora muchos de ellos quieren volver.
Los compatriotas de Buba, antes de embarcarse en un cayuco, deberían saber que el único lujo que les espera en su viaje es el lujo de vivir.
- Yo llegué con un contrato a España. Soy sastre profesional y decidí venir aquí cuando una empresa de Girona me hizo oferta de trabajo. Entonces todo era muy diferente. No había tanta gente de fuera. Desde entonces ha cambiado todo.
- Y, ¿qué te parece toda esta gente que intenta llegar en cayucos?
- Es muy triste. Son gente desesperada y muchos sacan provecho de ellos. Aquí están pasando el hambre, duermen en la calle y para ganar algo de dinero se meten en líos. En África estarían mejor. Allí por lo menos hay solidaridad entre la gente. Aunque no hay dinero la comida nunca te va a faltar, y sí no tienes nada para comer seguro que alguien te invitará. Pero estos chavales (que llegan en cayucos) no vienen aquí por el hambre, vienen por el lujo. Quieren triunfar, ser como Eto’o. Tener coches, casas, mujeres… Pero, cuando llegan aquí ven que no van a tener nada de esto, y ahora muchos de ellos quieren volver.
Los compatriotas de Buba, antes de embarcarse en un cayuco, deberían saber que el único lujo que les espera en su viaje es el lujo de vivir.
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