Los secretos mueven el Mundo y se esconden detrás de las órdenes que, desde el principio de la civilización, tratan de mantenerlos en secreto durante lo más tiempo posible.
Ayer me fui a ver la película “El viento que agita la cebada” (Ken Loach). Me gustó mucho por la cercanía del tema que aborda con la reciente historia de mi(s) país(es). Tanto la película como la reciente historia de mi tierra la resumiría en una sola palabra: la orden.
Eso me recordó de las palabras de Arturo Pérez Reverte:
“Aunque todos los hombres somos capaces de lo bueno y de lo malo, los peores siempre son aquellos que, cuando administran el mal, lo hacen amparándose en la autoridad de otros, en la subordinación o en el pretexto de las órdenes recibidas”.
Ayer me fui a ver la película “El viento que agita la cebada” (Ken Loach). Me gustó mucho por la cercanía del tema que aborda con la reciente historia de mi(s) país(es). Tanto la película como la reciente historia de mi tierra la resumiría en una sola palabra: la orden.
Eso me recordó de las palabras de Arturo Pérez Reverte:
“Aunque todos los hombres somos capaces de lo bueno y de lo malo, los peores siempre son aquellos que, cuando administran el mal, lo hacen amparándose en la autoridad de otros, en la subordinación o en el pretexto de las órdenes recibidas”.
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