Cuando me enteré de la muerte de Milosevic estaba con un amigo de toda la vida que había venido a pasar unos días conmigo y que me trajo mucho pasado. No sabría decir si me gustó o no el regalo. Por primera vez escuché los detalles de una experiencia que le ha marcado para el resto de su vida. Sucedió hace doce años, durante la guerra nostra y hasta ahora nunca había querido hablar de ello antes. Ahora que me lo ha contado entiendo por qué no lo había hecho antes.
Para poder sobrellevar un pasado tan presente hay que tener mucho valor. La muerte de un Milosevic no quita el peso de lo vivido.
Después de conocer la noticia, pedimos otra ronda y brindamos por nosotros.
Para poder sobrellevar un pasado tan presente hay que tener mucho valor. La muerte de un Milosevic no quita el peso de lo vivido.
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