Escucha Ilija, entiendo lo que me pides –le contestó Zanza al dueño de un bar de Belgrado cuando este le pidió que liquidara la deuda que llevaba mucho tiempo acumulando en su local -. De verdad he cambiado. Soy un hombre nuevo. No tengo nada que ver con la persona que era antes, por eso no tengo nada que ver con esta deuda –añadió completamente serio.
Ilija sonrió y le dijo que le pagara y dejara de joder.
Algo muy parecido sucede en el plano internacional. Los gobiernos de los países ricos y los fondos monetarios contestan de un modo similar al de Ilija a muchos países en desarrollo cuyos corruptos gobiernos anteriores provocaron el endeudamiento del país para enriquecer a la podrida “elite nacional” y a las grandes multinacionales.
Ilija sonrió y le dijo que le pagara y dejara de joder.
Algo muy parecido sucede en el plano internacional. Los gobiernos de los países ricos y los fondos monetarios contestan de un modo similar al de Ilija a muchos países en desarrollo cuyos corruptos gobiernos anteriores provocaron el endeudamiento del país para enriquecer a la podrida “elite nacional” y a las grandes multinacionales.
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