Durante mi infancia la idea de la unidad entre los pueblos eslavos hermanos era la doctrina utópica dominante. Yugoslavia ha dejado de existir y con su desaparición tambien lo ha hecho la necesidad de mantener los mitos que la fortalecían. Esta mañana, mientras estaba hablando con mi padre, he descubierto que unas de las frases mas emblemáticas de nuestra historia común no es nada más que eso, historia.
«Cuidad de Yugoslavia» era una de las frases mas célebres durante la construcción de la llamada Yugoslavia. Se la atribuye al rey de Yugoslavia, Aleksandar Karadjordjevic, asesinado en Marsella en 1934. Para evitar su propia muerte política los que le rodeaban crearon el mito de que esas fueron sus últimas palabras. En el informe médico consta que la muerte fue instantánea, ya que la bala que le dispararon a sólo dos metros de distancia le perforó el corazon. El rey de Yugoslavia ni siquiera tuvo tiempo de tomar una última inspiración y mucho menos para dejar un encargo tal para el futuro de su país.
Mientras las necesitaron, los herederos políticos de Yugoslavia mantuvieron este tipo de frases con vida en el quirófano de la historia. Ahora que ya no hay nadie a quien le importen se las ha podido deconectar de la respiracion artificial y dejar que se vayan al silencio. Al cementerio de las ideas.
Nikola Tesla era un famoso fisico nacido en Croacia, de padres serbios, que consiguió una merecida fama mundial en el ámbito de la ciencia trabajando, entre otros, con Tomas Edison. Durante mucho tiempo una frase suya me estuvo siguiendo como algo que me ayudaba a identificarme en los tiempos de la guerra civil en mi país. Tesla decía: «Me enorgullezco de mi patria croata y de mis raíces serbias». Este año se celebran los 150 años de su nacimiento y resulta que nadie ha sido capaz de localizar ningún documento que demuestre que esas palabras se pueden atribuir a Tesla. ¿Será que no las dijo nunca o que no le importa a nadie? Da lo mismo.
Hoy he aprendido que la mitomanía es una peligrosa enfermedad genética: los herederso sufrimos sus consecuencias.
«Cuidad de Yugoslavia» era una de las frases mas célebres durante la construcción de la llamada Yugoslavia. Se la atribuye al rey de Yugoslavia, Aleksandar Karadjordjevic, asesinado en Marsella en 1934. Para evitar su propia muerte política los que le rodeaban crearon el mito de que esas fueron sus últimas palabras. En el informe médico consta que la muerte fue instantánea, ya que la bala que le dispararon a sólo dos metros de distancia le perforó el corazon. El rey de Yugoslavia ni siquiera tuvo tiempo de tomar una última inspiración y mucho menos para dejar un encargo tal para el futuro de su país.
Mientras las necesitaron, los herederos políticos de Yugoslavia mantuvieron este tipo de frases con vida en el quirófano de la historia. Ahora que ya no hay nadie a quien le importen se las ha podido deconectar de la respiracion artificial y dejar que se vayan al silencio. Al cementerio de las ideas.
Nikola Tesla era un famoso fisico nacido en Croacia, de padres serbios, que consiguió una merecida fama mundial en el ámbito de la ciencia trabajando, entre otros, con Tomas Edison. Durante mucho tiempo una frase suya me estuvo siguiendo como algo que me ayudaba a identificarme en los tiempos de la guerra civil en mi país. Tesla decía: «Me enorgullezco de mi patria croata y de mis raíces serbias». Este año se celebran los 150 años de su nacimiento y resulta que nadie ha sido capaz de localizar ningún documento que demuestre que esas palabras se pueden atribuir a Tesla. ¿Será que no las dijo nunca o que no le importa a nadie? Da lo mismo.
Hoy he aprendido que la mitomanía es una peligrosa enfermedad genética: los herederso sufrimos sus consecuencias.
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