- ¡Feliz año nuevo! ¿Qué tal te lo pasaste a noche? –me preguntó mi amigo Sava.
- ¡Fantástico! -le contesté–. Estuve toda la noche en un hotel de cuatro estrellas. Vino, comida, champagne y mujeres. Todo de lujo. E incluso me pagaron.
- ¿Y eso?
- Estaba trabajando.
Pasé la Nochevieja trabajando y el brindis lo hicimos entre compañeros en la cocina, que, a causa de nuestra diversidad étnica, parecía una asamblea de la ONU. Brindamos con cava y tragamos uvas. Seis por persona. No había más. Tampoco nos importaba.
Cuando salí del hotel me di cuenta de que no sentía que me hubiera perdido algo. Las calles llenas de vómito, orina y testosterona no me llenaban de alegría.
Me gustan muchísimo las fiestas, pero la euforia me gusta cada vez menos.
- ¡Fantástico! -le contesté–. Estuve toda la noche en un hotel de cuatro estrellas. Vino, comida, champagne y mujeres. Todo de lujo. E incluso me pagaron.
- ¿Y eso?
- Estaba trabajando.
Pasé la Nochevieja trabajando y el brindis lo hicimos entre compañeros en la cocina, que, a causa de nuestra diversidad étnica, parecía una asamblea de la ONU. Brindamos con cava y tragamos uvas. Seis por persona. No había más. Tampoco nos importaba.
Cuando salí del hotel me di cuenta de que no sentía que me hubiera perdido algo. Las calles llenas de vómito, orina y testosterona no me llenaban de alegría.
Me gustan muchísimo las fiestas, pero la euforia me gusta cada vez menos.
Comentarios
feliz año, Boris.
http://www.zmag.org/Spanish/0503fisk.htm
dejo el enlace español, aunque el tema claro, triste.
pero esconder la cabeza tampoco sirve.
¿¡debe haber sido una noche de mucho trabajo!?
yo el día uno por la mañana tenía una traducción en los juzgados y allí dentro parecía ser un día cualquiera ¿cómo estaba el hospital?
por cierto a Fisk le admiro muchísimo. Gracias por el enlace
un abrazo
y los de las comilonas, a veces terminan allí.
siloam