¿Sabes qué es lo peor que tiene este curro? –me preguntó ayer José, mi compañero de trabajo, quien lleva ya muchos años en la hostelería–. Lo peor de todo es que las cosas pasan ahí fuera. Justo ahora se está debatiendo el Estatut, el Barça acaba de meter cinco goles y nosotros aquí, con éstos. Incluso lo del 23-F, ya sabes, los disparos en el Parlamento, lo escuché por la radio en la cocina del restaurante en el que trabajaba entonces. ¡¿Te das cuenta?! Ahí fuera pasan cosas y nosotros aquí, encerrados con éstos –dijo señalando un par de mesas ocupadas por clientes extranjeros.
José tiene toda la razón, la peor cosa que tiene la hostelería son los horarios, que te obligan a participar en la vida social en diferido. A las horas en que nosotros terminamos de trabajar ya solo quedan los borrachos, el resumen de la vida y una hora menos en las Islas Canarias.
Anoche llegué a mi casa cerca de la una. Puse la tele y me sorprendió ver que los políticos españoles hacían horas extras. ¡Sesión golfa de Estatut! ¡Qué bien, políticos pringando! ¡Qué alegría me dio poder pillar unos ratos de la actualidad ibérica! Me puse a escuchar el debate y al cabo de poco tiempo me di cuenta de que realmente no tenía que lamentarme por no haber podido escuchar todo el debate. Como siempre los políticos no dijeron nada nuevo. Los diarios de hoy se podrían haber escrito copiando los artículos de ayer o anteayer. Sólo sería necesario cambiar la fecha de la edición y de paso se salvarían unos cuantos árboles.
Ayer, pasadas la una, se veía cansados a los diputados. No podían más. La hora de votar significaba la hora de recoger. ¿Será por eso que la mayoría de partidos se puso de acuerdo? Si es así, habrá que encerrarles más a menudo y no dejar que salgan hasta que lleguen a una solución.
“Hablando se entiende la gente”, decía el Rey. Yo diría que “trabajando se entiende la gente”. En fin cada uno habla de lo que mejor conoce.
José tiene toda la razón, la peor cosa que tiene la hostelería son los horarios, que te obligan a participar en la vida social en diferido. A las horas en que nosotros terminamos de trabajar ya solo quedan los borrachos, el resumen de la vida y una hora menos en las Islas Canarias.
Anoche llegué a mi casa cerca de la una. Puse la tele y me sorprendió ver que los políticos españoles hacían horas extras. ¡Sesión golfa de Estatut! ¡Qué bien, políticos pringando! ¡Qué alegría me dio poder pillar unos ratos de la actualidad ibérica! Me puse a escuchar el debate y al cabo de poco tiempo me di cuenta de que realmente no tenía que lamentarme por no haber podido escuchar todo el debate. Como siempre los políticos no dijeron nada nuevo. Los diarios de hoy se podrían haber escrito copiando los artículos de ayer o anteayer. Sólo sería necesario cambiar la fecha de la edición y de paso se salvarían unos cuantos árboles.
Ayer, pasadas la una, se veía cansados a los diputados. No podían más. La hora de votar significaba la hora de recoger. ¿Será por eso que la mayoría de partidos se puso de acuerdo? Si es así, habrá que encerrarles más a menudo y no dejar que salgan hasta que lleguen a una solución.
“Hablando se entiende la gente”, decía el Rey. Yo diría que “trabajando se entiende la gente”. En fin cada uno habla de lo que mejor conoce.
Comentarios
1. Creo que nuestros políticos no "hablan", el otro día sólo entablaron largos monólogos. No se escuchan. Tal vez si hablaran de verdad sí que se entenderían.
2. Me gusta lo de que "trabajando" se entiende la gente, sobre todo porque creo que si aquí no hay problema más grande es porque la gente tiene trabajo, la situación económica es bastante buena, a pesar de que se sustenta en sueldos de risa y endeudamiento de miedo. No sé cómo irían las cosas si tuviéramos una crisis. ¿Cuál era la situación en tu país cuando comenzó el desastre?
Muchos saludos y gracias por este blog al cual soy adicta,
/Magda
lo que pasó en mi país fue que la gente se encontraba ante un cambió inevitable, despueés de la caída del muro de Berlín, pero la importante mayoría de los ciudadanos escogió la vía más mala, entre todas las posibles, para hacer este cambio.
Aquí me parece que la gran mayoría ciudadana estará a favor de unos cambios comunitarios positivos.
un abrazo