Hace un par de días estaba en la estación de Vilanova y la Geltrú esperando un tren para volver a Barcelona cuando llegó un señor de unos cincuenta años y evidentemente muy frustrado. El hombre proclamaba un discurso en voz alta cargado de condenas sociales. De lo que decía se podría deducir que estaba en paro y que por su edad nadie quiere contratarle.
Entré en el tren esperando a que saliera, lo cual no ocurrió hasta una hora más tarde a causa de las fuertes lluvias que cayeron. Así que aproveché para escuchar el espectáculo. El señor era muy elocuente, pero bastante abstracto a la hora de ir al grano. Hablaba de la España de antes y de la de ahora. Al parecer, en la España de antes tenía trabajo y una vida que en nada se parece a la que lleva en la España actual. Durante el tiempo que le estuve escuchando hizo referencias a la inmigración, a la España del “Abuelito” y arremetió muchísimo contra todos los políticos modernos. En un momento de su verborrea dijo:
- A los señores que se fueron a vender Chupa Chups a China les debería dar vergüenza. ¡Chupa Chups para los chinos! ¡Gilipollas! Si en vez de Chupa Chups hubieran ido a venderles condones no tendríamos la crisis que tenemos.
Es inútil condicionar el pasado para mejorar el presente. Si fuese posible, muchos intentarían volver al 1492 para dar clases de orientación a Colón.
Entré en el tren esperando a que saliera, lo cual no ocurrió hasta una hora más tarde a causa de las fuertes lluvias que cayeron. Así que aproveché para escuchar el espectáculo. El señor era muy elocuente, pero bastante abstracto a la hora de ir al grano. Hablaba de la España de antes y de la de ahora. Al parecer, en la España de antes tenía trabajo y una vida que en nada se parece a la que lleva en la España actual. Durante el tiempo que le estuve escuchando hizo referencias a la inmigración, a la España del “Abuelito” y arremetió muchísimo contra todos los políticos modernos. En un momento de su verborrea dijo:
- A los señores que se fueron a vender Chupa Chups a China les debería dar vergüenza. ¡Chupa Chups para los chinos! ¡Gilipollas! Si en vez de Chupa Chups hubieran ido a venderles condones no tendríamos la crisis que tenemos.
Es inútil condicionar el pasado para mejorar el presente. Si fuese posible, muchos intentarían volver al 1492 para dar clases de orientación a Colón.
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