Metí la pata. Dije algo que se suponía que era un secreto. Estaba tomando algo con unos amigos cuando de repeten le solté a uno de ellos:
- Oye, he oído que estás atravesando una etapa asocial y que al mismo tiempo estás llamando a todo el mundo para decirles que estás asocial. Un poco contradictorio, ¿no te parece?*
Y antes de que me contestara, vi que la cara de la amiga que me había revelado el extraño comportamiento de nuestro amigo cambiaba del rojo al blanco en un instante y que la mirada de mi amigo estaba clavada en su rostro paralizando todo su aparato gesticular. Imagino que le cayó una bronca olímpica.
Luego entendí que hay cosas que se supone que son secretas sin que previamente te avisen de que lo son. Es algo cultural, pero como llevaba poco tiempo aquí cuando ocurrió esta anécdota no estaba atento a los códigos dialécticos que lo catalogaban como un secreto.
Mantener un secreto es algo difícil para todas las personas extrovertidas. Por tanto, para gran parte de la población ibérica. Incluso el presentador de "La mirada crítica" de Tele5 me dio la razón el otro día. El debate del programa se centraba en el caso de la Garganta Profunda del caso Watergate. Todos estaban de acuerdo de que el comportamiento de los periodistas que mantuvieron en secreto la identidad de la persona que les filtró la información fue ejemplar. Uno de los tertulianos planteó entonces una pregunta:
- ¿Sería posible hacer lo mismo en España?
El presentador contestó:
- No creo. España y secreto son incompatibles.
En un país donde hablar por hablar forma parte del patrimonio cultural resulta muy díficil cumplir el principal requisito para mantener un secreto: Estar callado.
*El trauma ya ha sido superado por los tres, por eso lo escribo, con todo el cariño. Un abrazo
- Oye, he oído que estás atravesando una etapa asocial y que al mismo tiempo estás llamando a todo el mundo para decirles que estás asocial. Un poco contradictorio, ¿no te parece?*
Y antes de que me contestara, vi que la cara de la amiga que me había revelado el extraño comportamiento de nuestro amigo cambiaba del rojo al blanco en un instante y que la mirada de mi amigo estaba clavada en su rostro paralizando todo su aparato gesticular. Imagino que le cayó una bronca olímpica.
Luego entendí que hay cosas que se supone que son secretas sin que previamente te avisen de que lo son. Es algo cultural, pero como llevaba poco tiempo aquí cuando ocurrió esta anécdota no estaba atento a los códigos dialécticos que lo catalogaban como un secreto.
Mantener un secreto es algo difícil para todas las personas extrovertidas. Por tanto, para gran parte de la población ibérica. Incluso el presentador de "La mirada crítica" de Tele5 me dio la razón el otro día. El debate del programa se centraba en el caso de la Garganta Profunda del caso Watergate. Todos estaban de acuerdo de que el comportamiento de los periodistas que mantuvieron en secreto la identidad de la persona que les filtró la información fue ejemplar. Uno de los tertulianos planteó entonces una pregunta:
- ¿Sería posible hacer lo mismo en España?
El presentador contestó:
- No creo. España y secreto son incompatibles.
En un país donde hablar por hablar forma parte del patrimonio cultural resulta muy díficil cumplir el principal requisito para mantener un secreto: Estar callado.
*El trauma ya ha sido superado por los tres, por eso lo escribo, con todo el cariño. Un abrazo
Comentarios
un abrazo (y sin toqueteo, eh)
:)
Muy bueno.