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De primera

Es muy buen chaval este Audrius, aunque sea tan catalán siendo lituano. Habla catalán con acento de Girona o algo así, de la Catalunya profunda. No come carne y utiliza mucho el plural. La primera vez que nos vimos, pensé que era un independista catalán o un maleducado, por no querer hablarme en castellano. Yo acababa de llegar y no entendía nada, apenas si hablaba un par de palabras en la intimidad, así que la conversación se acabó poco después de intercambiar un saludo de presentación "hola, hola" y nuestros nombres. El suyo sonaba como Andrés o algo así... La próxima vez que nos vimos me preguntó de dónde era, le respondí y el añadió:

- "Ah, sí, jo sóc de Lituània".

Al principio pensé que procedía de un pueblo de aquí, por los Pirineos.

- "No, home, no. Lituània, el país".

Lo que faltaba, alguien como yo, pero en catalán. Porque resulta que Audrius no sabía castellano.

Y ahora recuerdo cuánto se enfadó Xavi cuando le dije que iba a tener que aprender catalán porque el trato con el dueño del piso donde tenía alquilada la habitación había sido que me encargara de su perro cuando él no estuviera. Y como el perro está acostumbrado a que se le hable en catalán, pensé que no me entendería. Luego descubrí que el perro pasaba de mi diferencia lingüística, pero yo hice el esfuerzo igual:

- "Seu" (siéntate)
- "Vine" (ven)

También empecé a aprender catalán para integrarme mejor en el barrio, aunque la verdad es que no me hacía falta porque en Ciutat Vella todo el mundo es "no comunitario".

Pronto hará tres años que conozco a Audrius. Él fue el primero de todos nosotros en ser legal, pero no por haber hecho trámites para conseguirlo, sino por venir de un país casi normal.

- “Qué suerte. Enhorabuena”, le dije el día en que su presidente iba a firmar, entre otras cosas, que Audrius sea comunitario.

- “Sí, pero todavía no significa mucho. Creo que van a inventar algo como los comunitarios y los nuevos comunitarios. Seguro que encontrarán alguna putada burocrática. Pero sí que es bueno, sí", me dijo en castellano. Por aquellas fechas, si lo hubiera dicho en catalán, también le hubiera entendido.

- “Pues claro. Cuando sea oficial tienes que hacer una fiesta de despedida”.

- “¿Qué fiesta de despedida?

- “De nosotros, los no comunitarios. Ya juegas en Primera”.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hola Boris, sólo quería decirte que me gusta leer tu blog. Quizás Ciutat Vella es el lugar donde uno se siente emigrante siempre y al mismo tiempo ciudadano del mundo. Del mundo sin fronteras (ojalá llegue pronto).
Un saludo.
Me gustó lo que escribiste sobre el 1 de mayo.
Boris Matijas ha dicho que…
gracias Jaime,
cuando te fijas en la foto de la tierra desde satelite no hay fronteras. solo se ven desde la perspectiva humana

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