¡Qué país! Una mudanza, a parte de tiempo y fuerzas, consume mucho dinero. Para paliarlo Cecilia y yo decidimos optar por algo que raras veces hago; pedir la financiación. En concreto era para una nueva nevera. Llegamos a la tienda miramos varias y escogimos una que más se ajustaba al precio-calidad que Cecilia y yo teníamos en mente. Tras explicarnos todos los detalles y prestaciones técnicas el comercial nos excplicó que había posibilidad de pagar a 3, 10 y “doce cómodos plazos” repetía el hombre autómata, cada una con su correspondiente relación en intereses. Tras ello nos explicó que necesitaríamos ser clientes de la Caixa (por algún motivo lo mismo pidieron en otras tiendas), o en el caso contrario había que presentar: última nómina, número de cuenta, un recibo domiciliado asociado a la cuenta y el carné de identidad español. Me parecía muy lógica toda la información solicitada y como para el alquiler del piso tenía que presentar mucha información le dije que se lo...
Diario de un emigrante balcánico en la Península Ibérica