Erase una vez un pueblo anclado entre dos orillas. Un pueblo que antaño había llegado lejos pero un día desde el barco f ranco bajaron los piratas y durante muchos años tenían presa la libertad. El día que la libertad por fin rompió las cadenas, aparecieron dos pretendientes, uno más p opular que otro, pero ambos se hacían pasar por un buen p artido. La libertad, al principio, no quería casarse con ninguno, pero era mal visto estar soltera y se casó con el padre del z apatero. El amor no duró mucho. Disgustada por las malas compañías de su marido, la libertad se dejó seducir por el más p opular. Este, gracias a las provisiones del barco f ranco, había preparado a su hijo que con la b otella en mano y una o reja m ayor que otra sembró casas por todas partes.También le gustaban las fotos de los Azores entre amigos. Pero cuando volvió ya estaban en casa los de desiertos remotos y de montañas lejanas. Con la b otella en mano y la o reja m ayor, el hombre se fue...
Diario de un emigrante balcánico en la Península Ibérica