- Y tu qué quieres de la vida? - Pues lo mismo que todo el mundo. - ¿Y eso qué es? - Pues, parece ser un secreto, porque nadie lo sabe decir. Pero no te preocupes, en cuanto lo sepa serás el primero al quien se lo diré. - Listillo,eehhh... Bueno por lo menos me podrás decir qué trabajo te gustaría hacer. - Pues claro. Me gustaría ser pastor de caracoles. - ¡¿Pastor de caracoles?! ¿Qué trabajo es ese? - Es muy duro, pero alguien lo tiene que hacer. Si no, los caracoles se descontrolan y pasa lo que pasa. ¡Un caos! - ¡Anda ya! Tu lo que eres es un vago. - Que va, si yo soy muy ambicioso. - ¡¿Ambicioso?! ¿Tú? - Claro. ¿Por qué el hacer nada, y hacerlo bien, no se puede considerar como ambición? ¿Donde pone que solamente trepar descaradamente, besar culos a los jefes, conspirar, mentir y joder a los demás, se puede considerar como tal? - Contigo no sé puede hablar. Estás como una puta cabra. - No amigo, el hablar no es el problema. Lo que te jode a ti, es el escuchar.
Diario de un emigrante balcánico en la Península Ibérica